Acordate de mí
¡Hola, amigos! Esta entrada responde al reto del mes de El tintero de Oro, de David Rubio. Aprovechando la cercanía del Día de los enamorados, los dejo con un relato en el que el amor es puesto a prueba. Como dicen por ahí, la vida es 10% lo que te pasa y 90% como te lo tomas.
Ya está otra vez plantando esas flores que me hacen estornudar. Si voy a terminar pensando que lo hace solo para molestarme. Y debe ser así, porque, ahora que recuerdo, el mes pasado, también hizo algo extraño. Cocinó esas coles que sabe que no me gustan. Pensándolo bien, hace un tiempo, ¿cuándo fue? Mmm… no recuerdo cuándo, pero trajo a ese gato callejero que comenzó a esparcir pelos por toda la casa y, desde entonces, no paré de rascarme. ¿Será que me estuvo mirando el celular? ¿Habrá descubierto lo de Berta? No. Si hubiera sido así, me hubiera armado un escándalo. Pero, entonces…. ¿Se volvió loca de pronto? No es que sea muy cuerda… No. Es una mujer de ideas… peculiares. ¡Bah! ¡Para qué me voy a mentir a mí mismo! Tiene esas ideas raras, muy suyas, como lo del curso de ikebana y de reciclado de corchos. Pero esto ya es otra cosa. ¡Acá hay animosidad!
Esteban tomó el celular y comprobó que el bloqueo del celular aún funcionaba. Si su mujer había intentado leer sus mensajes no hubiera podido. Su clave era por demás segura. ¿Cuál era? ¡Ah, sí, ya recordaba!
Ahí está. Comprobando si entré en su telefonito. ¡Ja! Ni se imagina. Ahí lo abre…. ¡No! Lo dejó sobre la mesa. Claro, piensa que es invulnerable. ¡No puede ser que me haya casado con un pascuato que me subestima tanto! Si debe creer que las clases de ikebana me atrofian el cerebro. Claro, por eso me regaló un libro sobre superación personal para mi cumpleaños y esa tetera de cristal, como si lo único que me preocupara en la vida fuera poner la mesa para que él se siente a pedir servicio. ¡Ja! Se siente perseguido, el muy tonto. Si no lo puedo llamar de otra manera, no puede mantener un secreto, no sabe cómo. Parece una criatura. Si no se esconde en el baño, se va a la terraza y no se da cuenta de que se escucha todo bajo la claraboya. No se da cuenta de que yo lo conozco desde hace más de treinta años. Poner esa clave… ¡si me da una pena!
Laura se dispuso a hacer la cena. Por el rabillo del ojo miraba a su marido que seguía dando vueltas por la casa, buscando algo con ahínco.
─¿Qué se te perdió, ahora, viejo? ─preguntó ella, como al descuido.
─No, nada. Solo… Tengo la sensación de que debía hacer algo y no recuerdo qué era.
─A lo mejor necesitás tomar unas pastillitas para el Alzheimer ─dijo ella, burlona.
Esteban se quedó petrificado. De pronto le subió un frío por la espalda. Miró a Laura como si hubiera sido descubierto robando una fruta prohibida y sintió que se le agolpaban las lágrimas en sus ojos gastados.
─¿Por qué decís eso? ─preguntó tratando de disimular el temblor de la voz.
─Por decir, nomás.
─¡No, no! ¡Vos sabés algo! ─respondió él, sin poder contener más la turbación.
─¿Vos me estás ocultando algo? ─preguntó socarrona.
─¿Cómo averiguaste la clave de mi celular? ─inquirió él, indignado.
─¡Ay, querido! No es muy difícil adivinar que, con tus faltas de memoria, le pondrías “recordarme”. Vamos, contame, que los secretos caen pesados y hoy voy a cocinar un puchero que te vas a chupar los dedos.
─Vamos a aclarar algo ─dijo él en tono amenazador─. ¿Por qué me trajiste a ese gato y me cocinaste col y, además, plantaste esas flores que no soporto?
─¿Las nomeolvides?
─Sí, esas. ¡Nombre más espantoso no les podían poner!
─¡Ay! ¡Qué exagerado! Si solo puse unas poquitas y lejos del patio, donde no te podían molestar.
─No me cambies de tema. ¿Por qué…?
─Para que veas lo feo que es que no te tengan en cuenta, ¡viejo escondedor!
─¡Mujer del demonio! ─exclamó él, un poco más aliviado.
─Viejo mentiroso ─respondió ella, riendo.
Y Esteban comenzó a contarle a Laura los pormenores de su consulta a la Dra. Berta, la neuróloga que le había diagnosticado su mal y trataba de llevarlo adelante.
Laura lo escuchaba con devoción y asentía mientras por su mente transitaban todo tipo de recuerdos de su vida con él. Ella ya sabía todo. Meses atrás, había hablado con la médica y se había tomado su tiempo para asimilar el brutal golpe que significaba el pronóstico sobre la salud de su marido. No podía creer que ese mismo hombre que siempre le ganaba jugando crucigramas fuera a desaparecer, poco a poco, en las marañas de un laberinto sin salida.
─¿Te vas a acordar de contarme todo? ─preguntó ella con dulzura, cuando él terminó de hablar.
─No lo sé. No te lo puedo prometer ─reconoció él encogiéndose de hombros como un niño.
─Viejo estúpido.
Y se fundieron en un abrazo que se prolongó el tiempo suficiente para que Esteban no lo pudiera olvidar.
─¿Trajiste lo que te pedí de la verdulería? ─preguntó ella, reponiéndose de la emoción que le anudaba la garganta.
─Lo olvidé ─mintió él.
─¿Cómo? ¿Y, ahora, con qué hago el puchero? ─protestó ella.
─¡Ja, ja! Cambiate de ropa, vieja. Hoy te voy a llevar a un buen restaurante, antes de que olvide cómo hacerte enojar.
(C) Meg
Dedicado a todos aquellos que han tenido que sobrellevar una situación propia o de alguien cercano, y que los puso a prueba, llevándolos a límites que no se imaginaban que podían llegar. Algunos habrán sido más o menos sabios, más o menos comprensivos, pero siempre habrán puesto su corazón en el intento.
12 febrero, 2021 en 8:14 pm
Gracias, Mirna, por participar con este relato en la XXV Edición del concurso dedicada a Tom Sharpe y su novela Wilt. Un abrazo y suerte!!
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12 febrero, 2021 en 8:53 pm
Un placer, David. Gracias!
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12 febrero, 2021 en 10:20 pm
Que giro tan gracioso, pero que tristeza el tener esa enfermedad tan terrible para él Alzheimer. El amor lo podría todo.. a pesar de su corta memoria. Buen relato. Saludos cordiales desde Puerto La Cruz Anzoátegui Venezuela.
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12 febrero, 2021 en 10:27 pm
Hola, perlas… Si, es un tema terrible y dudé mucho de cómo tratarlo. Solo me animé a publicarlo porque conozco gente que es capaz de demostrar su amor y compañerismo hasta en las peores condiciones.
Un abrazo
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18 febrero, 2021 en 12:40 pm
Así es. Es una muestra de amor verdadero realmente, solo trató de llevar la vida normal hasta sus últimos días. Buen relato.
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12 febrero, 2021 en 10:41 pm
Hola Mirna. Me ha gustado tu relato. En cierta manera me ha recordado a la película «Amor» de Haneke. Tiene su punto de humor. Aunque la tragedia se filtra entre el amor que se profesan los dos. Buen relato
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12 febrero, 2021 en 10:55 pm
Hola, Carles. No he visto la película que mencionas. Es cierto, no es un relato humorístico, en el fondo. Solo intenté reflejar cómo alguna gente sabe sobrellevar con humor situaciones límite.
Un abrazo
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13 febrero, 2021 en 6:51 pm
Por si tienes interés y te apetece disfrutar de esta película,
https://www.filmaffinity.com/es/film768126.html
Destila amor por los cuatro costados la relación que mantiene la pareja, al menos así lo reflejan en el largometraje.
Un abrazo.
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13 febrero, 2021 en 7:07 pm
Muchísimas gracias, Carles. La voy a ver! Un abrazo
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14 febrero, 2021 en 12:33 am
Hola, Carles. Recién termino de ver la película. Es tremenda. Recorre todas las etapas de la vida de la pareja desde que comienza el deterioro de ella. Y el final, durísimo y poético. Muchas gracias por recomendármela.
Un abrazo
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13 febrero, 2021 en 9:19 am
Hola, Mirna. Un relato estupendo. Has ido llevándolo muy bien desde lo que parecía un engaño a un final amable y con muchísima ternura. Me ha encantado. Felicidades.
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13 febrero, 2021 en 12:15 pm
Muchas gracias, Marta. Me alegra que te haya gustado el giro. Un poco de humor en medio de una tragedia.
Un abrazo
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13 febrero, 2021 en 9:33 am
Hola Mirna
Has jugado al despiste con habilidad con esa forma de enredar al lector para que fuésemos por unos derroteros totalmente equivocados. Al final, en medio de varias estocadas para ver quién pegaba más fuerte se adivina la complicidad y la ternura entre los cónyuges y nos dejas un muy sabor de boca.
¡Suerte! y un abrazo
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13 febrero, 2021 en 12:18 pm
Gracias, Matilde. La consigna era el humor. Traté de reflejar el humor que tienen algunas personas para afrontar situaciones límite.
Un abrazo
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13 febrero, 2021 en 12:26 pm
Hola, Norte. Te agradezco mucho tu comentario. Lo transcribo aquí, porque mi gato se subió al teclado y apretó una tecla y lo borró. Cosas de la vida doméstica!
«Cuando todo parecía una infidelidad, el giro que le has dado al final ha resultado francamente genial,… lamentablemente la situación que nos relatas es real y es una tristeza ver como los recuerdos de una vida se pierden enredados en las brumas de la mente,… me ha encantado Mirna!»
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13 febrero, 2021 en 4:50 pm
Hola, Mirna. Un relato triste tomado con humor por parte de los protagonistas. Además es tierno y destila amor aunque al principio parece otra cosa. Me ha gustado ese giro y ese final. Un abrazo.
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13 febrero, 2021 en 5:11 pm
Hola, Isan. Creo que me tomé una licencia al encarar el tema del humor de la convocatoria. Muchas gracias por tu coemntario.
Un abrazo
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13 febrero, 2021 en 6:33 pm
Mirna un relato que toca un tema duro y visto con humor. Un abrazo.
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13 febrero, 2021 en 7:06 pm
Sí, Mamen. A veces se ven este tipo de demostraciones. Uno piensa en cuánta fortaleza puede tener alguien para tomarse las cosas de esa manera. Por supuesto no todos reaccionan de la misma manera.
Un abrazo
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13 febrero, 2021 en 7:16 pm
Un interesante relato con un trasfondo humano entrañable y que encaja con la presentación que nos anuncias previa al relato, ya que efectivamente logras transmitirnos esa idea de que la vida es un 10 % de lo que pasa y el resto cómo te lo tomas, porque lo que pasa es bastante desgraciado, sin embargo, la actitud con la que la pareja afronta esta dura circunstancia, es admirable, porque los problemas deben afrontarse con la complicidad del amor incondicional y ese sentido del humor imprescindible para vencer los obstáculos.
Me ha encantado.
Un abrazo.
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13 febrero, 2021 en 10:30 pm
Muchas gracias, Estrella. Un amor incondicional que no está exento de momentos de duda o de enojos. No sabemos cuáles han sido los estados de ánimo que atravesaron ambos hasta llegar a este punto de aceptación y entrega. Muchas veces asociamos amor romántico con enamoramiento. No es solo eso, creo.
Un abrazo
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14 febrero, 2021 en 8:51 am
Hola, es muy entrañable esta historia, tiene un giro sutil, que descubre un velo sobre el gran amor que existe entre ambos personajes, con sus treinta años de relación a cuestas, acaba siendo una preciosa historia de amor, teñida por la tristeza de la enfermedad, pero reforzando esa relación, es conmovedor todo el relato, te hace pasar por muchas emociones, me ha encantado, un abrazo Saludos y suerte en el reto.
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14 febrero, 2021 en 10:53 am
Muchas gracias, Mik. Me alegra que te haya hecho pasar por muchas emociones. Un abrazo
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14 febrero, 2021 en 8:52 am
Eso es amor por los cuatro costados, y no el manido ramo de flores y caja bombones del comercial San Valentín.
Eso es quererse de verdad, repito.
Una tragedia tamizada del cariñoso humor de la pareja.
Enhorabuena por este trabajo, Mirna.
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14 febrero, 2021 en 10:59 am
Muchas gracias, Isabel. Sí, hay amores y amores. Este es de los que duraron y de los que se brindaron por completo, pero no sale en las publicidades. Las publicidades muestran el amor en las buenas. Lo de las malas está en la letra chica. Un abrazo
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14 febrero, 2021 en 11:43 am
He reído y casi llorado. Reto conseguido por dos. Esto es amor de verdad, donde los pequeños insultos se convierten en preocupación y cariño. Me ha encantado.
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14 febrero, 2021 en 11:49 am
Ay, RR! Me emociona que te haya gustado tanto. Muchas gracias por compartirnos tu experiencia. Un abrazo
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14 febrero, 2021 en 4:58 pm
Hola, Mirna. Muy emocionante tu relato, con ese final tan tierno,,, Me han gustado mucho los toques de humor que salpican la historia, a fin de hacer «digerible» la tragedia de una enfermedad tan dura como el Alzheimer. A mí también se me han saltado un poco las lágrimas leyendo la parte final de la historia; aunque me ha dejado muy buen sabor de boca la complicidad y el cariño existentes entre los dos protagonistas. Un abrazo!
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14 febrero, 2021 en 5:12 pm
Hola, Beri. Qué bueno que te haya gustado. Es un tema tan delicado que tenía miedo de escribir algo que pudiera ofender a alguien. Creo que sobre todo a esa edad, el amor se convierte en más ternura que pasión. Un abrazo
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14 febrero, 2021 en 5:22 pm
Un relato precioso, Mirna. Reflejas con ternura una realidad triste, pero que se lleva mejor con la comprensión del compañero de una vida. Ha sido un placer leerla.
Un abrazo.
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14 febrero, 2021 en 5:31 pm
Muchas gracias, Carmen. Tú lo has dicho, la comprensión es tan necesaria y el humor siempre es un aliado en las peores situaciones. Claro que mi relato termina ahí, no he plasmado toda la lucha posterior, que es la parte más dura. Ayer mismo tuve la oportunidad de ver una película preciosa Amour, me la recomendó Carles. Ahí sí se ve todo el camino que recorre una pareja desde que se declara la enfermedad. Es muy doloroso.
Un abrazo
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14 febrero, 2021 en 6:40 pm
Me ha gustado muchísimo, iniciaste el relato con las peleas «típicas» pero luego lo vuelves algo diferente, hermoso, entrañable y con sus toques de humor. Excelente…
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14 febrero, 2021 en 6:43 pm
Hola, Ana Piera. Muchas gracias. Me alegra que te haya gustado el relato. Un abrazo
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15 febrero, 2021 en 3:19 am
Hola!
Ay qué ternura de relato, la narración, los diálogos, el ritmo, me han encantado. Un verdadero amor incondicional salpicado de pinceladas de humor.
Muy buen relato!
Saludo
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15 febrero, 2021 en 3:46 am
Muchas gracias, Yessy. Un amor a toda prueba. Un abrazo
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15 febrero, 2021 en 2:02 pm
Hola, Mirna.
Qué relato más enternecedor. Al principio en cuanto iba leyendo pensaba lo peor del pobre hombre, y cuando vas descubriendo la verdad, ay, se te parte un poquito el corazón. Entrañable, tierno y muy bonito.
Mucha suerte.
Un abrazo.
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15 febrero, 2021 en 2:08 pm
Hola, Irene. Muchas gracias. Sí, creo que el relato es un poco como la vida, a veces las apariencias engañan y nos llevamos una sorpresa. Un abrazo
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16 febrero, 2021 en 1:12 pm
Hola Mirna, alocado y divertido, entrañable, con ese encuentro con tus tonos y palabras argentinas que me encanta escuchar, y ahora leer, Me gustó mucho. Tiene muchos detalles, hasta el nombre de las flores y esos monólogos interiores, tan necesarios para conocer a cada uno de los personajes. Gracias por este rato. Un abrazo y feliz tarde.
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16 febrero, 2021 en 1:14 pm
Gracias, Eme! Un placer que te haya gustado. Feliz tarde!
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16 febrero, 2021 en 5:36 pm
Me ha hecho llorar… Tienes mi siete!!! Mi padre lo tiene y he querido verles. He dicho bien, querido, no creído. Porque les he visto chichándose a pesar de la demencia diagnosticada de él. Gracias.
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16 febrero, 2021 en 5:44 pm
Angel, me has hecho llorar vos a mi. Cuando uno escribe imagina a alguien, quizás tiene en mente a alguien. Pero lo que tu me dices lo vuelve tan real que es otra cosa. Un gran abrazo y mucha fuerza.
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16 febrero, 2021 en 10:29 pm
Hola, Mirma, un relato que vas leyendo con una sonrisa en el principio, con esos juegos de narradores varios, para luego sentir esa pena por la enfermedad pero que al final rebrota la ternura de una vida en pareja. Me gustó mucho, muy sentimental y profundo, y con un mensaje claro en pos de esa gente que olvida lo que no quiere.
Un abrazo y mucha suerte.
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16 febrero, 2021 en 10:30 pm
Dije Mirma, perdón, Mirna, se me mezclan las letras jaja.
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16 febrero, 2021 en 11:44 pm
Ja ja ja Me bautizaste!
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16 febrero, 2021 en 11:43 pm
Gracias, Pepe. Me alegra que te haya gustado. Hay veces en que queremos olvidar y no podemos y otras en que no queremos y no hay opción. Paradojas de la vida. Un abrazo
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16 febrero, 2021 en 10:45 pm
Hola, Mirna, humor ácido del que uno se olvidará y la otra para no angustiarse recordará. Que se le va a hacer, que disfruten del presente porque mañana a saber que pasará. Saludos y suerte 🖐
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16 febrero, 2021 en 11:45 pm
Sí, JM. Creo que vos lo dijiste muy bien. Que disfruten del presente. Que no se anticipen. Porque a veces la anticipación juega en contra. Un abrazo
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17 febrero, 2021 en 8:32 am
Hola, Mirna. Es lo que pensé nada más leerlo. Y esa complicidad que tienen me parece fundamental para seguir con su vida 👍🏼
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17 febrero, 2021 en 8:44 am
Me ha gustado muy de veras tu historia Mirna. Ese giro en el argumento cuando nos pareciera que Berta fuera la amante en vez de la doctora. Amor de pareja a pesar de todo: en la salud y en las enfermedad, en las tristezas y las alegrías…
Un placer haberte leído.
Abrazos.
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17 febrero, 2021 en 11:25 am
Muchas gracias, Francisco. Un gusto para mí también. Abrazo.
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17 febrero, 2021 en 11:28 pm
Me alegra mucho, Francisco. Son temas difíciles de tratar, sobre todo, manteniendo el respeto adecuado. A veces uno simplifica las cosas. Sin dudas que esta historia no muestra todas las experiencias o todos los sentimientos que afloran en una situación real.
Un abrazo
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17 febrero, 2021 en 9:46 am
Hola Mirna. ¡Qué relato más tierno (y triste) nos has traído. Da pena cómo las personas se van en vida, y que aún no seamos capaces de evitarlo. Si nuestros «dignatarios» fueran dignos de tal nombre y dedicaran más inversión a las investigaciones de las enfermedades seguro que nos iría un poquito mejor.
Un saludo. Y que tengas mucha suerte.
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17 febrero, 2021 en 11:37 am
Hola, Bruno. Es cierto lo que dices, necesitamos avances, mayor inversión en investigación. Yo creo mucho en la ciencia, también. Un abrazo
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17 febrero, 2021 en 11:53 am
Hola Mirna
un relato que despista para acabar en una escena de ternura. Dulce y cariñoso
Suerte y abrazos
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17 febrero, 2021 en 11:20 pm
Muchas gracias, Paola. Un placer. Abrazo.
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18 febrero, 2021 en 6:40 pm
Vaya por Dios, me has hecho pasar de la sonrisa a la tristeza. Una historia muy bella, describiendo con gracia y a la vez ternura esa convivencia de tantos años que, a la postre, acabará olvildándose por una de las partes. Has sabido mezclar humor y pesar a partes iguales. Muy bueno.
Un abrazo.
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18 febrero, 2021 en 8:18 pm
Muchas gracias Josep. Me alegra que te haya gustado. Sobre todo porque tenía mis dudas al escribirlo. Un abrazo
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21 febrero, 2021 en 7:25 pm
¡Ah! Mirna, me has tenido engañada, pensaba que el marido se la pegaba con una tal Berta y es su médica. ¡Qué ingeniosa! El final es de una ternura que emociona. Me ha llegado al alma. ¡Felicidades, Mirna y suerte en El tintero!
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21 febrero, 2021 en 7:57 pm
Hola, Pilar! Sí, un poco de despiste. Te cuento que arranqué con la idea de una pelea por infidelidad, pero luego se me fue el rumbo de la historia hacia otro lado. Los personajes tenían vida propia. Un abrazo
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22 febrero, 2021 en 2:57 pm
Muy bonito relato, Mirna, triste pero bonito, a la vez que cumples con el concurso.
Un abrazo desde la distancia.
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22 febrero, 2021 en 3:47 pm
Muchas gracias, Carla. Abrazo a distancia.
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22 febrero, 2021 en 6:52 pm
Esas cosas de algunos, en lugar de terminar una relación para comenzar otra, lo que hacen es solapar gente, como para no ir solos por la vida, teniendo de a dos a la vez.
Por suerte no es el caso para Esteban y Laura. Me dio mucha ternura el final, debe ser una situación bastante difícil.
Buen relato. Mucha suerte en el concurso.
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22 febrero, 2021 en 9:48 pm
Hola, Cyn. Todas las parejas tienen sus problemas. En este caso el engaño tenía otro significado.
Un abrazo
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23 febrero, 2021 en 1:26 am
Hola. Tu relato me ha parecido de lo más tierno. Se pelean sí pero con cariño. Es pura diversión solamente. ¡Un saludo y buena suerte!
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23 febrero, 2021 en 1:28 am
Hola, MJ. Son peleítas de quienes se siguen amando. Me alegra que te haya gustado. Un abrazo
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25 febrero, 2021 en 7:01 am
Hola, Mirna. Un relato en clave de comedia, pero con un trasfondo triste y un final tierno. Me ha gustado mucho la primera parte, narrada con los diferentes puntos de vista de la pareja, para dar paso a los ocurrentes diálogos, con los que poco a poco nos vas desvelando la verdad. Muy bueno. Un abrazo y suerte en el Tintero
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25 febrero, 2021 en 11:31 am
Hola, José. Te agradezco el comentario. Un abrazo
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28 febrero, 2021 en 9:39 pm
Mirna, felicidades por ese merecidísimo Tintero de bronce. Tu relato merecía tal reconocimiento.
Un abrazo.
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28 febrero, 2021 en 9:43 pm
Muchas gracias, Pepe!!! Fue toda una sorpresa. Un abrazo
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1 marzo, 2021 en 7:33 am
Enhorabuena por este Tintero de bronce, Mirna. Muy buen relato . Un abrazo
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1 marzo, 2021 en 11:39 am
Muchas gracias, José. Un abrazo
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1 marzo, 2021 en 8:34 am
Hola Mirna. Felicidades por ese Tintero de Bronce tan buen merecido.
Un abrazo enorme.
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1 marzo, 2021 en 11:40 am
Gracias, Bruno!!! Y felicidades a vos por el de Oro!!! Un abrazo
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1 marzo, 2021 en 9:06 am
Mirna, precioso relato, enhorabuena por tu bronce. Un cariñoso abrazo.
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1 marzo, 2021 en 11:40 am
Muchas gracias, Isabel!!! Un gran abrazo
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1 marzo, 2021 en 10:07 am
Querida Mirna, me sumo a las felicitaciones ya mencionadas por mis compañeros y por supuesto me ha parecido un merecido premio a tu esfuerzo y calidad narrativa.
Un beso.
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1 marzo, 2021 en 11:42 am
Muchas gracias, Estrella!!! Es un placer estar entre ustedes. Los admiro mucho. Un abrazo
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2 marzo, 2021 en 11:20 am
Feliciddades Mirna, subidón plash, plash, muac.
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2 marzo, 2021 en 10:57 pm
jajaja Muchas gracias, Eme. Me encanta tu sentido del humor. Un abrazo
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2 marzo, 2021 en 9:29 pm
Enhorabuena, Mirna, por tu Tintero de Bronce. Disfrútalo. Un abrazo.
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2 marzo, 2021 en 10:58 pm
Hola, Paco! Muchas gracias! Sí, lo estoy disfrutando porque lo que cuesta tanto se disfruta el doble. Un abrazo
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11 noviembre, 2021 en 8:29 am
[…] Acordate de mí https://isladelosvientos.wordpress.com/2021/02/12/acordate-de-mi/ Mi siete, por mis padres, me ha hecho llorar. […]
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11 noviembre, 2021 en 10:49 pm
Muchas gracias. Me emociona lo que decís. Un abrazo
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26 abril, 2022 en 2:46 pm
[…] Acordate de mí https://isladelosvientos.wordpress.com/2021/02/12/acordate-de-mi/ Mi siete, por mis padres, me ha hecho llorar. […]
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6 enero, 2023 en 8:42 am
[…] Acordate de mí https://isladelosvientos.wordpress.com/2021/02/12/acordate-de-mi/ Mi siete, por mis padres, me ha hecho llorar. […]
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