Mes: abril 2018
25 años – parte XXV
Don Raúl, después de despedir al abogado Hurtado, se quedó solo en el sombrío calabozo, no completamente solo, un par de presos dormían en sus literas, roncando y hablando en sueños. Soñando persecuciones o huidas quien sabe de qué fantasmas, a juzgar por las pocas palabras que Raúl lograba entender. ¿Cuáles eran sus fantasmas?, se preguntó.
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25 años – Parte XXIV
La policía de Buenos Aires se encontraba siguiendo la pista telefónica del informante de Martínez, quien había asegurado que un par de ladrones especializados en joyas habían sido los responsables del robo. Detrás de ellos una mafia internacional se ocupaba de transar con los objetos preciosos, pero nunca salían a la venta en el mismo país en el que se habían robado. Por eso era imperioso capturarlos antes de que cruzaran alguna frontera, para que no interviniera la Interpol.
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25 años – Parte XXIII
El aeropuerto de Puerto Iguazú era una maravilla de verdor. Mientras caminaban por la escalerilla de desembarco, Rosalía, la secretaria de Hurtado, iba con la boca abierta como un sapo debido al éxtasis que le causaba esa vista, era el pasto más verde que hubiera visto nunca, el cielo más celeste que la mismísima bandera. El abogado tuvo que tironearla para que siguieran adelante y no entorpecieran a los demás pasajeros que querían bajar.
—Hicimos bien en escaparnos.
—Yo no escapo de nada ¿vos sí? –dijo ella pensando en pescarlo en algún revés romántico.
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25 años – Parte XXII
Uno de los policías bajo las órdenes de Guardiola, asignado al caso del robo de los diamantes, entró en la joyería robada. Era un local coqueto en plena calle Libertad. Si bien no se distinguía de los cientos de locales por la mercadería expuesta en las vidrieras, este podría decirse que tenía un aire de cierta distinción, con un par de leones de yeso a cada lado de la vidriera.
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