Mes: abril 2019

Amor de girasol

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Imagen relacionadaLos viveros son lugares donde el amor florece. Es curioso que pocos lo noten, entre los canteros se encuentran amores tiernos y delicados como las begonias, amores tempestuosos e intrépidos como las flores de pájaro o amores cálidos y fulgurantes como los girasoles.

Quien quiera saber qué amor le espera en la vida que visite un vivero y elija. Hay para todos los gustos, incluso para los que no buscan el perfume de una flor, sino la frescura de una hoja verde, o para los que buscan la exquisita y única flor que nace de un cardo o el perfume inigualable que ofrece un jazmín. Leer el resto de esta entrada »

El artesano de los globos

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Oscar vive en una pequeña casa, de esas que se construyeron en la época en que el ferrocarril se extendió por la zona y los ferroviarios venían a poblarla. En el fondo, un cuarto amplio, un galponcito, como él lo llamaba, era su taller. Allí desarrollaba su tarea de fabricante artesanal de globos terráqueos. Ese lugar sería el escenario para la mayor aventura de su vida… Leer el resto de esta entrada »

Una ventana

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Relato escrito para la convocatoria del día de San Valentín de Relatos Compulsivos.

Él pasaba todas las mañanas por esa esquina, pero ese día era martes y los martes le deparaban un encuentro especial. Por la rendija de la ventana salían unas notas de música.

Él ya conocía sus gustos musicales. Quizás fuera lo único que conocía realmente  de ella, además del pañuelo de gasa que se ataba a sus caderas y con el que acompañaba sus pasos de baile. La música estaba sonando y el espejo era su aliado, su cómplice. Esa mañana sonaba su preferido: un tema de amor de Aerosmith y ella ensayaba sus movimientos siguiendo el reflejo en el gran espejo de la sala. Él sintió envidia de ese cristal que sentía deslizarse todo su cuerpo. La bailarina, sin embargo, ya había atisbado un par de ojos azules en la luz de la ventana. Eran los de siempre los que volaban con ella en cada giro y cada salto, los que sin saberlo habían presenciado el crecimiento de su danza, desde los torpes movimientos del principio hasta los movimientos más suaves y sugerentes que nunca hubiera hecho. Ella sabía que era cuestión de tiempo para que la hoja de la ventana se abriera por completo. Y mientras tanto, él  vibraba a cada vuelo ondulado de ese pañuelo, cada posarse de esos pies descalzos sobre la madera lustrada, cada rulo efectuado por esos brazos. Y como si el aire a su paso le diera vida propia, el cabello largo se elevaba en rayos de un sol que reinaba en su cabeza. Y ella no perdía ocasión de repetir las figuras que le permitían cruzarse por un instante imperceptible las miradas. Porque esos ojos que la seguían en sus evoluciones destellaban en la noche de sus sueños queriendo volverse realidad. Sin embargo, como una reina, seguía el protocolo del ensayo mientras que su danza se nutría de las alas de los pensamientos que lo rondaban a él allí apostado, temeroso y deseoso, listo para dar el paso, ansioso y rogando que esa danza ya terminara o nunca terminara. Porque ese día había decidido abrir la ventana: era el día de San Valentín.

(C) Meg

Volver del ridículo

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Hay lugares que propician el encuentro, la amistad, el compañerismo. Eso era Google+. Allí personas como Sue invitaron a personas de lugares a veces muy distantes a integrar comunidades cuya vida fue brotando y creciendo como oasis en medio del inmenso espacio digital.

Hoy nos despedimos de esa casa con la esperanza de encontrar otra donde echar nuevas raíces o posar nuevas alas…

Aquí les dejo el último relato con el que participé en la comunidad.

Volver del ridículo

Una pierna más corta que la otra había sido el resultado de una lesión en un partido de fútbol. Nunca había imaginado que ese no sería el peor de los males que lo aquejaría en los días venideros. Leer el resto de esta entrada »