Cartas imperfectas
Cartas imperfectas
Rescate
Iba recorriendo horas de penurias. No caminaba por cornisas, tampoco cruzaba semáforos en rojo. Fue como si me hubiera despertado con quince años, habiéndome dormido con cincuenta. El mundo se abría delante de mí como una caja mágica, llena de secretos, siempre cambiante y con la novedad y la incomodidad que produce todo lo nuevo. También había una intensa sensación de descubrimiento. Un anhelo de aventura como el olor a libro nuevo. Pero no estaba ajena al miedo. Las inseguridades del terreno inexplorado me trabajaban por dentro. Leer el resto de esta entrada »