Mes: abril 2021
La selva perdida
¡Hola, amigos! Hoy no es un día habitual de publicación, y esto es así porque tenemos en Isla la presencia de un gran pintor. Su nombre es Oscar Núñez, quien además, hoy cumple años y le mando un gran abrazo. Él nos ha prestado las imágenes que acompañan el relato que sigue. Oscar, si bien nació en Argentina, reside en Inglaterra, desde allí despliega su obra y la ofrece a quienes la deseen adquirir. Por eso, más allá del relato, que nació a partir de la contemplación de sus óleos y espero que les guste, los invito a apreciar el trabajo pictórico que es sencillamente soberbio.
Una sopa y un hueso
¡Hola, amigos! Hoy les comparto un relato que salió en la revista digital http://www.elnarratorio.blogspot.com nro. 60.
Se trata de una historia en la que un hombre y su amigo de cuatro patas nos muestran una realidad que afecta a mucha gente. Sobre todo, en estas épocas de pandemia, en las que las cuestiones económicas han llevado a extremos de pobreza mayores a los habituales.
No quiero anticiparme al relato. Espero que lo lean y que, si pueden, me dejen su opinión.
Pueden hacer click en la imagen y viajar a la revista digital (que está muy buena, les anticipo) o leer la historia aquí mismo, a continuación.
Flash de terror – En cinco movimientos
¡Hola, amigos! Les traigo un poco de terror, mejor dicho, de horror en un micro verdaderamente espantoso.
“Este puso un huevito”. Y la mosca se posó sobre la herida de la pierna.
“Este lo cocinó”. Un cosquilleo allí, inalcanzable. La herida se sentía caliente, como incubadora.
“Este lo peló”. Un movimiento enloquecido. Ardor y locura. Algo abriéndose paso.
“Este le puso la sal”. ¡Cómo ardía! La piel se rasgaba para permitir la entrada de mil pequeños monstruos.
“Y el más chiquitito…”.
(C) Meg
Películas populares – Si fuéramos como Merlí
¡Hola, amigos! Hoy volvemos a traer un filme de gran difusión. No es estrictamente una película, sino una serie y no es un clásico, pero mucha gente lo comenta y me pareció interesante. Me dejó pensando, como ocurre con las obras que tienen algo para decir. Algunos lo amarán, otros lo odiarán, pero seguro que no les ha pasado desapercibido. Se trata de Merlí, la obra española, catalana para más detalles, cuyas tres temporadas nos entretuvieron desde 2015. Y su protagonista, un profesor de Filosofía al que «le sudan» las normas.
Como ya saben, no voy a comentar el argumento, ni los personajes. Solo voy a contarles lo que me quedó dando vueltas en la cabeza, después de verla.
Muertes curiosas – La luz refulgente
¡Hola, amigos! Esta entrada de Muertes curiosas, la escribí pensando en la convocatoria de El tintero de Oro, de David Rubios en homenaje al libro La maldición de Hill House de Shirley Jackson. Sin embargo, va fuera de concurso, debido al galardón que me otorgaron en la propuesta anterior. Como no concursante, entonces, me sentí más relajada y me puse a experimentar. No sé si es tan terrorífico, ni tan fantasmagórico como propuso David, pero algo de eso hay.
Les cuento un poco como nació el relato:
En la publicación del 2 de marzo de 2019 de la revista digital “El vuelo de la lechuza” https://elvuelodelalechuza.com/ (que dicho sea de paso me parece excelente y la recomiendo), encontramos un artículo muy interesante llamado “Entre Poe y Freud: el ser humano y lo siniestro”. En el mismo se dice que “Freud desarrolla su definición de lo siniestro apelando al filósofo Schelling, quien a su vez lo define como “Aquella suerte de espanto que afecta las cosas conocidas y familiares desde tiempo atrás”. Para sustentarlo toma el significado de los términos unheimlich, Heimlich y heimisch y los asocia entre sí, entendiendo que el primero alude a lo lúgubre y sospechoso, heimlich a lo oculto y sospechoso y heimisch a lo hogareño o familiar.
Más adelante, el artículo menciona que lo siniestro impacta acompañado de una atmósfera adecuada, sombría, en su mayoría, por ese motivo, suele acontecer en una tormenta, mar bravío, cielos oscuros, lugares misteriosos.
De allí que me surgió una idea. Me pregunté: “¿Y si en lugar de la oscuridad, fuera la luz nuestra fuente de espanto?”. Entonces me propuse a escribir algo dotado de una atmósfera luminosa en sentido literal, que infundiera terror. ¿Puede la luz generarnos algún tipo de terror? ¿Puede obrar sola o debe estar acompañada de algún elemento adicional?
Y surgió la historia que sigue. Pero… si sobreviven a su lectura, como se trata de un experimento, les estaré enormemente agradecida si me dejan su opinión. Los dejo con ella. Y desde ya les pido que por favor disculpen las profesiones que tuve que invocar para el desarrollo del relato, se ha debido a una cuestión de fuerza mayor. Ahora sí.