Crónicas urbanas – Las cachetadas no pasaron de moda

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¡Hola, amigos! La entrada de hoy viene un par de días atrasada. Pasa que tenemos un fin de semana gigante y uno pierde un poco la noción del tiempo. Hoy les traigo otra crónica, porque pasan muchas cosas por estos lares. No se asusten por el título, ya verán de qué se trata. Mientras tanto, los invito a conocer un poco más de nuestra realidad argentina.

Por favor, no se asusten, no estoy incitando a la violencia. La explicación es muy fácil, como verán: Buenos Aires se vio afectada este verano por una inusitada invasión de mosquitos.

Los astutos bichejos volaban en manada o como quiera que se llame la nube de insectos picudos que se te arrojaban encima, apenas poner un pie al aire libre. Sí, tal cual, era cosa de abrir la puerta de entrada y tener que cerrarla como Harry Potter cuando huía de las llaves voladoras que se clavaron en la puerta, tras cerrarla. No exagero.

Esto generó, como no podía ser de otra manera, un aluvión de compras de insecticidas, espirales, cremas repelentes y lociones ad hoc. Había que caminar y caminar para encontrar estas cosas, porque se agotaban enseguida. Algunos comercios pusieron carteles: “No tenemos insecticida”, “No hay repelente”. Porque la gente pregunta y pregunta y “su pregunta no molesta” parece que no es tan así.

La cuestión es que ninguno de estos métodos era del todo eficaz. Y pasado un rato, el efecto se iba y terminábamos a cachetadas limpias matando a los filosos atacantes sobre nuestra propia piel. Pero… ¡touché! No exagero si digo que habré matado cientos de mosquitos. Claro, previamente ya me habían succionado parte de mi vital elemento rojo.

Ninguna otra prevención era posible, salvo salir con piloto. Así y todo, había que cubrirse la cara cual expedicionario de la Legión Extranjera. No vi a nadie con sombrero y tul, pero hubiera sido una buena opción. En cambio, vi gente que, con temperaturas de verano tropical, salía vestida de pies a cabeza, con mangas largas y gorro.

Personalmente, agilicé mis reflejos y les di batalla, porque el repelente no surtía efecto más que por unos 15 minutos. ¿Sería que el perfume les gustaba?

Volvieron los comentarios sobre la predilección de los bichos por cierta sangre. Y algunos decían que la prefieren dulce, otros con sabor a chocolate o quizás con un toque de anís.

Por suerte, así como llegaron, luego de varias semanas de intenso calor y humedad, se fueron alejando, espantados por las lluvias y las tormentas. Pero no se fueron todos. Cual película Terminator, se levantaron y siguieron molestando.

Los que transmiten dengue son los peores, cada vez se escuchan más casos de contagio. Frente a esto la gente comienza a hacer rodar bolas diciendo que tienen las patas ralladas o no sé qué. Como si uno pudiera andar por los exteriores con una lupa para reconocerlos. Sin embargo, parece que esta información va a entrar en la categoría de mitos urbanos, porque según dijeron cualquier mosquito que pica a una persona con dengue, se convierte en transmisor. Y ahí, no hay medias ralladas que valgan.

Me vienen a la mente las Siete plagas de Egipto. No, no digo que haya sido un castigo divino. Solo digo que, si seguimos así, descuidando el medioambiente y profundizando los cambios climáticos, pronto vendrán sapos, moscas y langostas.

(C) Meg

5 comentarios sobre “Crónicas urbanas – Las cachetadas no pasaron de moda

    JascNet escribió:
    1 abril, 2024 en 6:13 pm

    Hola, Meg.

    Un relato demasiado profético. Pedro se cansa de avisar con las epidemias y nadie le hace ya caso del lobo, bueno, de los mosquitos y otros bichitos que pueden llegar bien cargados de disgustos.

    La verdad es que, siendo tan chiquitos, no pueden ser más molestos estos bichejos. Creo que la razón de que haya tantos vendrá de la merma de aves, arañas y otros depredadores insectívoros. ¡Como nos los estamos cargando también!

    Un buen relato, previsor y para reflexionar. Enhorabuena.

    Abrazo grande.

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      mireugen respondido:
      1 abril, 2024 en 6:38 pm

      Hola, Jasc. Seguramente estamos depredando a sus depredadores. Muchas cosas están pasando, incluso las lluvias fuera de lo normal y el calor fuera de lo normal. Esperemos que el frío los aleje, porque otras soluciones no se están viendo venir.
      Un abrazo

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    BlogTrujaman escribió:
    1 abril, 2024 en 7:00 pm

    Hola Mirna.

    ¡Y luego me dirán que no tiene nada que ver con los desastres que le estamos haciendo a la naturaleza y que mosquitos siempre hubo! Claro, pero sabiendo que se acerca la época en que reaparece el maldito bicho y que no es el primer año que pasa, ¿no se podría hacer una campaña contra la acumulación de agua cerca de edificios? ¿O una campaña de vacunación? (la vacuna contra el dengue se está aplicando en forma privada en Argentina. Y en Brasil se empezó a vacunar en febrero pasado dentro del sistema de salud público, a personas de 10 a 14 años).

    En fin, que lamento que la situación sea esta. Pero con lamentarlo, no arreglamos nada. Gracias por el artículo. Un abrazo.

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      mireugen respondido:
      1 abril, 2024 en 8:17 pm

      Hola, Trujaman. Sí, mosquitos siempre hubo, pero no en este nivel. La naturaleza se resiente por muchas cosas.
      Por aquí hay campañas para que no se acumulen aguas, pero hubo inundaciones y lugares donde la tierra no absorbió tanta agua. Falta fumigación, creo yo y arreglar los desbarajustes naturales.
      Por aquí se dice que la vacuna es muy cara. Siempre lo mismo, no hay plata. En fin.
      Un abrazo

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    […] Publicado por blogueame25 el 8 May, 20247 May, 2024 Crónicas urbanas – Las cachetadas no pasaron de moda […]

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