La noche de los loros

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cover photo, La imagen puede contener: texto que dice "XVIII EDICIÓN GEORGE ORWELL REBELION EN LA GRANJA Tinterode"

Este relato participa en la convocatoria de El tintero de Oro de David Rubio en homenaje a Rebelión en la granja de George Orwell.

 

La bandada de loros  se desplazó por el cielo como un nubarrón con vida. Uno a uno fueron llegando al refugio entre la vegetación de la selva. Esta vez no se quedaron en lo alto de los árboles; alborotados, se internaron hasta llegar a un claro en el que se realizaba una pequeña reunión.

Había tucanes, monos, jaguares, serpientes, tortugas y muchos más. Cada uno de los presentes asistía en nombre de su familia. La reunión se realizaba cada mes; los loros traían novedades de más allá de la pradera, de la zona donde vivían los hombres.

─No hay nada que temer ─comenzó a explicar Lorenzo, el loro.

─Pero dicen que vendrán máquinas a talar nuestros árboles porque necesitan tierras donde cultivar esas plantas que dan frutos amarillos ─repuso Javier, el jaguar.

─No es cierto. Los humanos no tienen máquinas ─los tranquilizó Lorenzo─. Solo tienen unos palos afilados que son muy débiles y apenas cortan un árbol.

La reunión se disolvió. Los participantes se fueron a sus refugios pensando que nada podía pasarles. Y las rutinas de la selva volvieron a la normalidad.

Días después unos tucanes llegaron, desesperados, a buscar refugio entre la espesura. Venían huyendo de un humo negro que se esparcía por el cielo como una telaraña de tormentas.

─Los loros mintieron ─dijo el jaguar─. Los humanos tienen algo peor que las máquinas: saben hacer fuego de rayos y lo están usando.

─¿Tendremos que huir? ─preguntaba Teresa, la tortuga.

─No hay por qué temer ─dijo el mono Natalio─. La vida siempre nos sonríe. ¿No ven esas nubes? Siempre habrá agua para apagar el fuego.

Y esa vez el fuego pasó cerca, pero no los tocó. Bailó en sus ojos como un demonio que se mofa de quien lo mira y luego se alejó.

Los animales, preocupados, se volvieron a reunir. Algunos propusieron hacer una marcha de protesta, pero los loros se opusieron, dijeron que no tenía caso, ya que estaba comprobado que el fuego no los afectaría nunca, porque estaban protegidos por el espíritu de la selva y de la lluvia.

Pero a los pocos meses, cuando llegó la estación seca, vieron las lenguas de fuego acercarse más y más, quemando todo a su paso y dejando un desierto humeante y negro. Corrieron hacia el interior de la selva. Se refugiaron cerca del río. Taparon sus ojos para no ver al demonio deglutir las ramas, los troncos, las flores y los animales pequeños que no tenían patas o alas que les permitieran huir.

Esa vez los loros no se presentaron y los animales pensaron que habrían perecido con el humo, que duró varios días.

Cada vez se extendía más tiempo el efecto de las quemas, se acercaba más y resultaba más indómito. Los animales se decidieron a protestar y salieron de sus escondites para ir a la aldea de los humanos. Pero, en el camino, los loros aparecieron a cortarles el paso. Con sus argumentos convencieron a los animales de que no tenía caso protestar, porque el avance del hombre era irremediable. Solo les quedaba abandonar sus tierras e internarse en lo más profundo de la selva.

─A mí me enseñaron a dar pelea ─dijo Javier, el jaguar.

─No se puede pelear contra el fuego ─respondían los loros.

Y los animales terminaron dándoles la razón.

La caravana, entonces, dio media vuelta y se volvió a la selva. Allí se despidieron de sus cuevas, sus madrigueras, sus nidos y continuaron viaje hacia lo más profundo.

Pasaron días, semanas, meses y los animales se acostumbraron a sus nuevas moradas, sin embargo, un nuevo brote de fuego los volvió a empujar hacia el río, hasta el punto en que ya no tenían dónde afincarse ni de dónde proveerse de alimentos.

Consumido el fuego y lo que quedaba de la selva, un grupo de teros temerarios decidió hacer una incursión en las tierras que ganaron los hombres. Allí pudieron ver a los loros, gozando de buena salud, siendo alimentados con el producto de las cosechas y recibiendo, a cambio, una específica instrucción sobre las bondades de la civilización y las maldades de la vida natural. Los loros repetían palabra a palabra, sin dudar.

Los teros volvieron donde los otros animales y contaron lo que habían visto.

─Los loros nos traicionaron ─decía Teresa, la tortuga.

─Está visto que los humanos tienen otras armas, además del fuego y los palos ─decía Javier el jaguar, apesadumbrado.

─Esas mismas armas, un día, se les van a volver en contra ─aseguraba Natalio, el mono.

Los animales no encontraron la forma de protestar. Los loros avisaban a los humanos cada vez que iban a acercarse con sus reclamos. Lamentablemente, las palabras del mono resultaron proféticas. A poco de migrar hacia nuevas tierras, un nuevo período de sequía se presentó y el incendio de la naturaleza hizo que los humanos perdieran no solo la selva, sino las cosechas y sus casas.

Los loros trajeron, ahora, otras novedades. Los humanos se dieron cuenta de su equivocación, y necesitaban la ayuda de los animales para, juntos, luchar contra el fuego. Porque los seres que más conocen la naturaleza son los más indicados para proponer formas de recuperarla. Todos se miraron, incrédulos. Habían aprendido que las palabras de los loros acababan siempre en mentiras. Por eso enviaron un mensaje a los humanos: lo primero sería cambiar de interlocutor. Ya no volverían a confiar en los loros.

(C) Meg

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55 comentarios sobre “La noche de los loros

    Josep Mª escribió:
    17 enero, 2020 en 9:45 am

    Los loros y los políticos son parecidos: hablan y hablan pero no hacen nada de provecho, je,je.
    Si los humanos tuvieran en cuenta a los animales antes de arrasar sus tierras, otro gallo les cantaría.
    Gracias por enseñarme lo que es un tero.
    Que tengas suerte en el concurso.
    Un abrazo.

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      mireugen respondido:
      17 enero, 2020 en 9:56 am

      Muchas gracias, Josep. Hay representantes que solo piensan en su propio beneficio y mientras tanto, sufrimos las consecuencias.
      Un abrazo

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        Jose R. Capel escribió:
        4 febrero, 2020 en 12:57 pm

        Desgraciadamente tu fábula ha dejado ser un cuento y se ha convertido en la triste realidad. Los dirigentes de este maravilloso planeta están demasiado preocupados por sus beneficios y muy poco por las consecuencias. Últimamente estamos viendo que la naturaleza empieza a cobrarse su venganza y eso nos afecta a todos. Tú fábula es una buena crítica a esos desgraciados que nos están dejando sin planeta y a quienes como los loros, les aplauden y les apoyan. Saludos y suerte en el Tintero.

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          mireugen respondido:
          4 febrero, 2020 en 1:12 pm

          Muchas gracias José. Es muy lamentable tener que escribir algo así.
          Un saludo

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    perlasnarrativas escribió:
    17 enero, 2020 en 3:42 pm

    Buen mensaje y pertinente en estos tiempos donde nuestras selvas en América se han visto vulneradas y amenazadas, como bien indica por el monstruo del fuego. Primero la Amazonía, luego Australia donde se han perdido vidas de animales y cantidades de árboles.Un desastre natural. Importante mensaje para el hombre que de la naturaleza necesitamos, pues es quien nos provee los recursos para la subsistencia, es un ganar-ganar , aunque en la cadena alimenticia alguien pierda,pero es el ciclo de la vida.

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      mireugen respondido:
      17 enero, 2020 en 4:12 pm

      Es una pena enorme tener que escribir algo así. Uno siempre prefiere historias con final feliz. Esperemos que cambie algo.
      Un abrazo

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        perlasnarrativas escribió:
        17 enero, 2020 en 5:04 pm

        Si,pero lamentablemente es una realidad palpable, latente que incluso los niños se ven sumergidos en esas realidades, y a veces les cuesta mucho entenderlo.

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    Beba Pihen escribió:
    17 enero, 2020 en 4:32 pm

    Hermosa parábola de esta historia tan cierta y tan actual. Los loros… Cómo nos llenan la cabeza para que la escondamos, como los avestruces. Me encantó, Mirna

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      mireugen respondido:
      17 enero, 2020 en 4:38 pm

      Gracias, Beba. Los loros están en todos los ámbitos. Lamentablemente.
      Un abrazo

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    Marta Navarro escribió:
    17 enero, 2020 en 8:21 pm

    Muy buena fábula, Mirna. Mucha suerte en el Tintero.

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    mirellasantoro escribió:
    17 enero, 2020 en 10:31 pm

    Una fábula muy actual, con su correspondiente moraleja. Me gustó mucho la forma como la contaste, la elección de los nombres de los animales y los diálogos inteligentes.
    ¡Suerte en el Tintero!
    Un abrazo, Mirna.

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      mireugen respondido:
      17 enero, 2020 en 10:32 pm

      Muchas gracias, Mirella. Mucha suerte a vos también.
      Un abrazo

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    Mery Pérez escribió:
    18 enero, 2020 en 5:08 am

    Hola Mirna, un buen relato de actualidad tanto por los loros mentirosos cómo por el fuego consumidor. Éxitos y bendiciones.

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      mireugen respondido:
      18 enero, 2020 en 10:10 am

      Muchas gracias, Mery. Es muy actual, cierto. Un abrazo y suerte para ti también.

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    Beri escribió:
    18 enero, 2020 en 4:12 pm

    Hola Mirna. Me ha gustado mucho tu fábula. Es una excelente alegoría sobre la época actual, en la que proliferan las voces de quienes nos quieren ocultar la Verdad. Felicidades por este relato tan bien escrito. Mucha suerte en El Tintero. Un abrazo, compañera.

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      mireugen respondido:
      18 enero, 2020 en 4:21 pm

      Muchas gracias, Beri. Es cierto lo que dices. Son muchos los que quieren ocultar la verdad.
      Un abrazo y espero leerte.

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    Isabel Tara escribió:
    18 enero, 2020 en 7:25 pm

    Hola Mirna. Ahora que algunos los países, aparentemente, empiezan a preocuparse por el medio ambiente y la sostenibilidad del planeta, tu relato viene como anillo al dedo. Hay, además, una ola de incendios y no solo en el Amazonas, el gran pulmón de la tierra, donde has situado tu relato.
    A los loros les ha tocado la peor parte en la historia, chivatos e insolidario. Pobres, pero ¿qué te habrán hecho que le has pillado tanto manía chica?
    La parte final de la fábula, es algo utópica, pero los cuentos, finalmente, cuentos son.
    Un abrazo Mirna.

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      mireugen respondido:
      18 enero, 2020 en 9:09 pm

      Hola Tara. No me han hecho nada los loros.
      Te pareció utópico el final? No me pareció tanto. Un abrazo

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      isan escribió:
      18 enero, 2020 en 9:10 pm

      Hola Mirna:
      Me gusta esta alegoría tan evidente por el optimismo que derrocha con el final feliz. Pero me temo que todavía no hemos llegado a ese estadio de entendimiento y los «loros» no están colaborando. Así que vamos a pensar que lo veremos y, de paso, echamos una mano.
      Bonito cuento.
      Un saludo.

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        mireugen respondido:
        19 enero, 2020 en 1:16 am

        Hola, Isan. Muchas gracias por comentar. Me gusta mucho la idea de echarles una mano. Es un tema que nos involucra a todos.
        Un abrazo

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    paola panzieri escribió:
    19 enero, 2020 en 12:31 pm

    Hola Mirna

    Un cuento bonito con moraleja. Me sabe mal por los loros que a mi parecer son un primor, pero alguien tenía que hacer el papel del malo de la película!

    Enhorabuena y suerte

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      mireugen respondido:
      19 enero, 2020 en 1:01 pm

      Hola, Paola. Es cierto, pobres loros! Pero pensemos en lo que significan y no en los animalitos reales.
      Un abrazo

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    Estrella Amaranto escribió:
    19 enero, 2020 en 5:44 pm

    Por supuesto que estos interlocutores tan parlanchines no eran de fiar, en cambio el sabio mono tenía la virtud de anticiparse a los acontecimientos, algo tan valioso que pasó desapercibido lamentablemente para el resto de semejante familia animal, tan confiada e ignorante, como también ocurre con la familia humana, que suele prestar atención a esos «cantos» de sirena tan propios de los mandamases políticos y otras «especies» de más alcurnia.
    Una excelente fábula que nos invita a la reflexión y que espero sea merecedor de un buen puesto en el concurso.
    Un abrazo, compañera y amiga Mirna.

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      mireugen respondido:
      19 enero, 2020 en 6:52 pm

      Muchas gracias, querida Estrella! Los cantos de sirena son justamente peligrosos porque es más fácil pensar que todo está bien y la negación es poderosa muchas veces.
      Un abrazo y espero leerte pronto.

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    IreneR escribió:
    22 enero, 2020 en 8:43 am

    Buenas, Mirna.

    Me has puesto el corazón en un puño con tu relato. Los loros me daban muy mala espina, y al final resultaron ser lo que parecían.
    Una pena que tu relato sea una triste historia real. Ojalá los animales aprendan del pasado, humanos incluidos.

    Mucha suerte.

    Un saludo.

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      mireugen respondido:
      22 enero, 2020 en 9:52 am

      Muchas gracias, Irene. Es triste que sea una historia con base real. Ojalá aprendamos de una vez.
      Un abrazo

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    Bruno escribió:
    22 enero, 2020 en 10:48 am

    ¡Malditos traidores! Esos loros se merecen que los metan en la cazuela. Me gusta que tenga un final feliz y que hombres y animales se alíen en la lucha contra el fuego, uno de los peores enemigos que nos podemos encontrar.
    Un abrazo fuerte, Mirna. Mucha suerte.

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      mireugen respondido:
      22 enero, 2020 en 11:06 am

      Muchas gracias, Bruno! Lo mismo para ti. Espero leerte pronto. Un abrazo

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    David Rubio escribió:
    22 enero, 2020 en 8:30 pm

    Gracias, Mirna, por participar con este relato en El Tintero de Oro. Un abrazo y suerte!!

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    unlugarapartado escribió:
    23 enero, 2020 en 4:17 pm

    Preciosa historia, Mirna. ¡Qué bien dominas el arte de narrar! Un placer leerte siempre. El fondo tan triste como la realidad que vivimos en este planeta Tierra que es la selva de tu cuento. El final esperanzador me ha gustado. Esa unión que hace la fuerza es lo único que podrá contra el «demonio que se mofa»
    Felicidades y suerte en El Tintero.

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      mireugen respondido:
      23 enero, 2020 en 5:28 pm

      Muchas gracias unlugarapartado!!!! Suerte a vis también!

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    Jorge Valín escribió:
    25 enero, 2020 en 12:04 am

    Fábula de tintes ecologistas, un tema muy de actualidad, viendo los efectos devastadores de los incendios en todo el mundo y de un clima cada vez más loco. Los loros de tu cuento con como los cerdos de «Rebelión en la granja», traidores a su pueblo y preocupados solo por su propio beneficio. Por desgracia tienen su reflejo en muchos comportamientos que vemos en quienes nos dirigen. El final nos deja en el aire una esperanza, en forma de colaboración entre humanos y animales. Mucha suerte Mirna, un saludo.

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      mireugen respondido:
      25 enero, 2020 en 12:16 am

      Hola, Jorge. Sin dudas que la realidad es mucho peor que lo que cuento en este relato. Hay muchos lobos disfrazados de ovejas que nos mienten para su propio beneficio.
      El final que propongo es que aprendamos de la naturaleza para mejorar.
      Gracias y te estoy leyendo. Un abrazo

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    Paco Castelao escribió:
    25 enero, 2020 en 11:46 am

    Una fábula singular con una gran variedad de personajes de la fauna, con diálogos ingeniosos y un argumento que, por desgracia, está en constante actualidad, especialmente estos últimos tiempos con el desastre de Australia. ¿Quién iba a pensar en los loros como villanos traidores? Al final, parece que les salió mal la jugada. Suerte en El Tintero. Un abrazo, Mirna.

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      mireugen respondido:
      25 enero, 2020 en 12:32 pm

      Hola, Paco. Muchas gracias por pasar por Isla… Espero leerte en El tintero. Un abrazo

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    Pepe escribió:
    27 enero, 2020 en 12:41 pm

    Es como mirar la tele hoy en día, han vendido tantas cosas que ya no se sabe qué es cierto y qué no. Una metáfora muy real sobre la manipulación que sufrimos algunas veces cada día. Que los manipuladores fueran los loros me ha parecido muy acertado, siempre repiten lo que se quiere sin que sepan que están diciendo.
    Un trabajo muy bien escrito, con unos diálogos muy logrados y una tensión que, finalmente, se tiene que convivir con ella.
    Me gustó mucho.
    Un abrazo.

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      mireugen respondido:
      27 enero, 2020 en 7:16 pm

      Exacto, Pepe. Por ese motivo elegí a los loros. Hay gente que compra discursos sin hacer valoración de ellos y sirve a intereses opuestos a los de su grupo.
      Un abrazo

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    Clara A escribió:
    27 enero, 2020 en 5:48 pm

    Hola Mirna, aquí llegué. Me resulta muy interesante le elección de los loros para «malos» o «traidores» de la historia, porque son animales que repiten lo que oyen sin parar. Quiero decir: no solo repiten lo que se les enseña, sino que como la mejor propaganda, son capaces de repetir y repetir hasta agotar e idiotizar a quien los escucha. De esos, conozco un montón en la política, en la ecología, en la educación, etc. etc.
    Te felicito. Ruego porque la humanidad llegue a tu final feliz. Por ahora parece poco probable, pero por qué no darnos un margen de mejoría y crecimiento, verdad? Un abrazo

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      mireugen respondido:
      27 enero, 2020 en 7:18 pm

      Muchas gracias, Clara. Dude sobre el final, pero nos merecemos un final feliz. Ojalá se haga realidad.
      Un abrazo

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    Clara A escribió:
    27 enero, 2020 en 5:51 pm

    Por si te confundí, como los loros, soy juana medina.

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    Carla Guerrero escribió:
    27 enero, 2020 en 10:16 pm

    Hola Mirna, me ha gustado mucho tu relato con los loros que al ser unos parlanchines les ha tocado ser los malos. De pequeña tenía uno como mascota, por suerte no repetía mucho, ji, ji. Una historia donde la realidad golpea al saber que hay muchos líderes que hablan tanto pero hacen poco o nada por quienes realmente los necesitan y confían en ellos. Un final agradable que transmite esperanza, que da fuerzas a concretar acciones para mejorar el planeta. Sí, por un lado están quienes sin miramientos lo van destruyendo, pero por otro también están quienes van aportando su granito de arena para salvarlo y creo que este relato es una parte importante de esa ayuda que se está necesitando, porque va llegando a cada vez más rincones.
    Mucha suerte en el concurso.
    Un abrazo.

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      mireugen respondido:
      27 enero, 2020 en 10:46 pm

      Muchas gracias, Carla. Me gustaría pensar que se puede lograr algo formando conciencia sobre el tema. Sé que es poco, pero es algo. Quisiera poder hacer más.
      Un abrazo

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    franmoroz escribió:
    29 enero, 2020 en 4:53 pm

    Me ha recordado la quema de la selva de la amazonia y los incendios de Australia que tristemente se producen en gran medida por la mano del hombre.
    El hombre que no quiere escuchar a la naturaleza que le está mandando avisos de una rebelión inminente que cuando se desate nos exterminará a los primeros, a nosotros, los que no sabemos respetar las reglas del juego.
    Un abrazo.

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      mireugen respondido:
      29 enero, 2020 en 11:34 pm

      Así es, Francisco. Esta lamentablemente inspirado en los incendios del Amazonas.
      Un abrazo

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    rosaboschetti escribió:
    2 febrero, 2020 en 10:09 am

    Hola Mirna. Loros … político… ¿alguna diferencia? ambos voceros de otros con el único fin de lograr su propio beneficio, solo una cosa los loros repiten sin conciencia (el conocimiento moral de lo que está bien y lo que está mal) y los políticos con consciencia (capacidad del ser humano para percibir la realidad y reconocerse en ella) Un abrazo🐾

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      mireugen respondido:
      2 febrero, 2020 en 12:33 pm

      Gracias, Rosa. A veces pienso que les falta consciencia. Porque si no…
      Un abrazo

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    DAVID escribió:
    3 febrero, 2020 en 8:55 pm

    Bueno!!! muy bueno, pero me da la sensación que todavía no somos conscientes de la que estamos liando…
    Un abrazo

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    Beatriz Vélez escribió:
    6 febrero, 2020 en 5:18 pm

    Una fábula muy buena. Nunca hay que fiarse de charlatanes como los loros. Mucha suerte en el Tintero. Un saludo.

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      mireugen respondido:
      6 febrero, 2020 en 11:48 pm

      Muchas gracias, Beatriz. Mucha suerte para vos también. Abrazo

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    Carmen Ferro escribió:
    7 febrero, 2020 en 6:45 pm

    Una historia que nos recuerda lo mal que los humanos gestionamos la naturaleza. Entre loros anda el cuento mientras el fuego arrasa con todo, y los de siempre sacan provecho. Un buen relato. Suerte. Un abrazo.

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      mireugen respondido:
      7 febrero, 2020 en 10:27 pm

      Así es, Carmen. Vivimos como si no hubiera un mañana para nuestros hijos. Gracias por tus palabras. Un abrazo

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    Isabel-Tara escribió:
    14 febrero, 2020 en 5:56 pm

    Enhorabuena Mirna, por tu puesto en la convocatoria de la Granja. Hasta pronto compañero. Un abrazo.

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      mireugen respondido:
      14 febrero, 2020 en 7:54 pm

      Gracias, Tara! No sabía. Es un placer participar junto a David y tan buenos escritores.! Un abrazo

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