En un suspiro…
¡Hola, amigos! Hoy entrega especial para el concurso El tintero de oro de David Rubio. La propuesta es homenajear al gran Philip Dick, genial representante del género Ciencia Ficción. La idea es escribir un relato futurista donde androides y humanos forman parte de un mismo entramado social… o no. La extensión no podrá superar las 900 palabras. Yo llegué justito al límite de palabras permitidas, la historia pedía más, pero ya saben cómo es.. Espero que les guste mi aporte.

Desperté una mañana del mes de junio de 2122. No tenía memoria de mis años anteriores. Estaba desesperada por saber qué había pasado en mi vida, quiénes me habían rodeado, a quiénes amaba y a quiénes detestaba, pero, más que nada ¿quién era yo? Pero no… nada volvía y mi rostro en el espejo me decía que había perdido treinta años en un suspiro.
Los médicos no podían decirme nada, no sabían nada, solo me explicaron que me había accidentado, al parecer iba sola en mi VTT (vehículo de transporte terrestre), conducía por una carretera y se había cruzado una nave del tipo VTA (vehículo de transporte aéreo) que había roto su sistema de navegación.
Salí del hospital con una mochila con una muda de ropa y una billetera con algunas tarjetas de presentación de personas que no tenía idea de quiénes eran. Era todo. Alguna de esas personas me reconocería y allí comenzaría a desarrollar mi vida en el punto incierto en el que se había detenido. El día estaba despejado como mi mente que esperaba llenarse.
Tenía un itinerario. Primero las mujeres, alguna de ellas habría sido mi amiga. No entendía por qué ninguna me visitó. Tal vez no les habrían avisado. Nadie había ido a verme durante la internación, tal vez se cansaron o pensaron que seguiría inconsciente indefinidamente. Pero no, nadie vino, porque de otra manera alguien hubiera aportado información sobre mí. Solo conocía mi nombre: Melisa Bermúdez, de Nueva Metrópoli.
La información de Internet era muy escasa, al parecer debo haber tenido algún trabajo sensible o de cuidado, porque no aparecían datos sobre mi vida. Cualquiera puede entrar a la Internet y obtener una biografía de sí mismo. Desde el nacimiento, los principales acontecimientos de la vida, las amistades, los trabajos, todo lo que a la gente normal se le ocurre publicar. En mi caso era un misterio. Solo aparecían unas fotos, en una de ellas me encontraba delante de una casa, hermosa casa, deseé que fuera la mía. En otra aparecía mi cuerpo herido en mi VTT, esa foto era del día de mi accidente.
Llegué al domicilio de la primera, Angélica. La sorpresa fue tremenda. Me reconoció. Pero se quedó mirándome con extrañeza, le caían lágrimas, muchas lágrimas. Después se me acercó y me dio unas palmaditas en la espalda. Me dijo: “bienvenida, ya era hora” y me hizo pasar al living donde tuvimos una larga charla. No me reveló toda mi historia, más bien me contó cosas de mi presente quiénes son mis amigos, quién mi pareja, cuál es mi trabajo. Al parecer tenía una vida interesante. Pero nada de eso me despertaba recuerdos.
Me despedí de Angélica con la ansiedad de llegar a la segunda cita. Cecilia era mi pareja y no podía dejar de pensar que sería un encuentro difícil. Al verme se me arrojó encima, me abrazó, me besó como si hubiera vuelto de la muerte. Después me hizo pasar y me contó su parte de la historia. Ella era mi compañera de vida, mi pasado y mi destino. Algo en mí se conmovió y tuve una sensación de recuerdo sin recordar realmente. Le pregunté por mis padres y me dijo que habían fallecido. Que éramos ella, yo y algunos amigos. Nadie más.
Pasamos muchas horas revisando fotos. Todo lo que quería saber estaba en esa casa, en los archivos de mi computadora personal. Al parecer soy muy ordenada y tengo todo clasificado, no podía ser menos para una programadora. Cientos de archivos. Algunos con información privada que requerían una clave, pero por suerte, la clave estaba en algún lugar de la casa, Cecilia no sabía dónde, pero yo, sin dudas, lo resolvería.
Me sentí un poco asfixiada por Cecilia, abrumada, colmada de gestos y ansiedad porque yo comenzara a formar una nueva historia con ella. No dejaba de repetir que tendríamos una nueva vida juntas.
Decidí pedirle un poco de espacio. Necesitaba seguir recorriendo la lista de contactos que me habían dado. Pero antes pregunté por qué no estuvo en la clínica. A lo que ella respondió que no se lo habían permitido. La espera había sido torturante, pero al fin estábamos juntas.
Recorrí dos, tres, cuatro contactos más. Cada quien me fue brindando información y contexto sobre mi vida. Agradecí todo, más que nada porque notaba que les había importado. Todos me recibían con los ojos húmedos y la mirada triste. Supe así que los reencuentros después de una larga separación tienen un sabor agridulce y se llenan con abrazos, palmadas, sonrisas y extrañamente, muchas lágrimas.
Me quedaba uno, el último de la lista. Ya había comprendido que mi vida valía la pena y era digna de ser vivida. Estaba ansiosa por saber qué otra cosa podía aparecer. Entonces él me abrió la puerta y me estrechó la mano. Dijo llamarse Dr. Olmos. No noté en su mirada ningún sentimiento, al contrario, me pareció muy profesional.
Le dije: “estoy aquí porque parece que formas parte de mi vida”. Y me respondió: “formo parte de tu vida desde ahora, necesito que vengas una vez por semana para revisar tu programa de adaptación”.
No puedo explicarles lo que se siente darse cuenta de que uno es solo un reemplazo cibernético de alguien, alguien destinado a ocupar un lugar dejado por otro, tratar de llenar un vacío. No puedo explicarles lo que puede cambiar la vida en un suspiro…
(C) Meg
8 diciembre, 2022 en 9:00 am
¡Menuda sorpresa! Un cuerpo nuevo que reemplaza al viejo, pero, puestos a aceptar esa posibilidad, diría que lo importante en ese caso extraordinario son los sentimientos y los recuerdos de cuando era completamente humana. Es evidente que necesitará un largo periodo de adaptación, pero sus amigos y pareja la ayudarán.
Un relato muy interesante.
Un abrazo.
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8 diciembre, 2022 en 12:49 pm
Hola, Josep. Es que creo que los sentimientos son lo más difícil de reproducir. Por lo menos en esta etapa del futuro no lo han logrado aún.
Muchas gracias por comentar. Un abrazo
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8 diciembre, 2022 en 7:40 pm
Muchas gracias, Mirna, por participar en la 34ª edición del concurso de relatos de El Tintero de oro, homenaje a Philip K. Dick.
¡Un abrazo y mucha suerte!
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8 diciembre, 2022 en 10:56 pm
Muchas gracias, José! Es un placer.
Un abrazo
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10 diciembre, 2022 en 10:10 am
Así debía sentirse robocot el día que despertó en la película… Buena historia, muy adecuada al reto. Felicidades. Un abrazo
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10 diciembre, 2022 en 3:07 pm
Hola Misletras. Tal cual, una mente sin historia debe ser como estar perdido en el mundo. Muchas gracias por comentar. Un abrazo
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8 diciembre, 2022 en 7:46 pm
Tremenda historia y tremendo también el desenlace! Mantiene el suspense hasta el final! Fantástico relato! Un abrazo y suerte!
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8 diciembre, 2022 en 10:56 pm
Hola Marifelita. Muchas gracias!!! Un abrazo y nos estamos leyendo.
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8 diciembre, 2022 en 8:57 pm
¡Qué bueno Mirna. Me ha encantado el suspense que has mantenido durante toda la historia para al final darnos cuenta que la protagonista no es la original. Su cuerpo y su memoria quedaron atrás.
Me ha gustado, si señora. Buen trabajo.
Un abrazo.
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8 diciembre, 2022 en 10:57 pm
Hola, Francisco. Me alegra mucho, tenía miedo que el final se cayera un poco. Te agradezco tus palabras. Un abrazo
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9 diciembre, 2022 en 2:59 am
Esa revelación final vincula al tu relato con el estilo de Philip Dick, sus temáticas.
Creo que la protagonista servirá para el propósito que fue creada, porque tiene emociones.
Bien contado.
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9 diciembre, 2022 en 1:10 pm
Hola, Demiurgo! Creo que sí, lo que no está muy claro es por qué le ocultan todo… La verdad es que estoy pensando en continuarla.
Un abrazo
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9 diciembre, 2022 en 8:35 am
Fantástico, Mirna. También a mí me ha gustado mucho. El relato desprende mucha melancolía y la tensión de la historia se mantiene muy bien hasta el final. Me ha encantado.
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9 diciembre, 2022 en 1:11 pm
Muchas gracias, Marta. Traté de que el personaje reflejara por un lado cierta soledad y por otro desconcierto.
Un abrazo
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9 diciembre, 2022 en 9:48 am
Hola Mirna, qué duro utilizar robots como sustitutos de alguien o para aliviar las carencias de alguien.
Ese es el punto de unión que encuentro entre nuestros relatos.
¿Para qué tener un clon en este caso? Egoísmo de los vivos. Ella no es ella, como dice el título de una canción que fue a eurovisión.
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9 diciembre, 2022 en 1:12 pm
Hola Noelia. Los humanos somos egoístas. No me extrañaría que si existiera la posibilidad de reemplazar a un humano por un robot, lo hiciéramos.
Un abrazo
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9 diciembre, 2022 en 12:44 pm
¡Y no te puedes imaginar, Melisa, de todo lo que vas a extrañar a partir de ahora! Ser sólo un sustituto de alguien que te ha transmitido sus datos y afectos, pero no sus sentimientos ni su pasado. Un relato perfecto en su terrible tristeza.
Gracias Mirna. Un saludo.
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9 diciembre, 2022 en 1:14 pm
Hola Trujaman. Debe ser terriblemente doloroso sentirse un sustituto. Un abrazo
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9 diciembre, 2022 en 3:51 pm
Excelente suspenso y con un final de esos que quizá se consigan un día, aunque vaya uno a saber si para bien o para mal. Estupenda historia con regusto amargo al final Un abrazo grande compañera
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9 diciembre, 2022 en 10:21 pm
Muchas gracias, Juana. El final es duro, sí. Llegará un momento que los androides tengan sentimientos? Un abrazo grande.
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9 diciembre, 2022 en 4:21 pm
Diría que la mafia empresarial utilizará a los robots para sustituir a los humanos, que si vas a la ley, salen muy caros.
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9 diciembre, 2022 en 10:00 pm
Hola Mirna: Que sorpresa al final y que habrá pasado por la mente de ella. No encontrarse del todo en el lugar que consideraba el suyo y saber que eres una parche una copia… muy duro. Enhorabuena y mucha suerte. Un abrazo.
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9 diciembre, 2022 en 10:19 pm
Sí, una decepción tremenda. Estaría bueno saber más. Muchas gracias por visitar Isla. Un abrazo
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9 diciembre, 2022 en 10:17 pm
Sí, eso ya está pasando. Pero temo que la cosa no parará ahí.
Un saludo
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9 diciembre, 2022 en 10:14 pm
Hola, Mirna. Genial suspense, y un desenlace redondo. Enhorabuena.
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9 diciembre, 2022 en 10:18 pm
Muchas gracias, Guille. Un abrazo
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10 diciembre, 2022 en 1:42 pm
Hola Mirna, qué historia tan bien llevada, compañera. Recuperar quien fue. Ahora si que es una ardua tarea. Nos dejas con su programa de adaptación y con la duda de todo lo que le puede ocurrir. Te animaría a continuarla. Es un relato del principio pero la historia acaba de empezar. Genial. Un abrazote.
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10 diciembre, 2022 en 3:11 pm
Hola, Eme! Gracias! Sí, creo que la voy a continuar, porque hay preguntas que uno se hace al leerlo y que no tienen respuesta aún. Un abrazo
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11 diciembre, 2022 en 8:16 am
Buenísimo! Una idea super original. Un reemplazo. Todo es misterioso… y al final queda explicado por qué las lágrimas y tristeza acuden en sus seres queridos cuando ven la suplantación, y por qué no podían verlo. Me da mucho que pensar… Coincidimos en lo del shock.
Un abrazo!
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11 diciembre, 2022 en 9:52 am
Hola Mirna. Hasta el final nos mantienes pensando dónde estarán metidos los androides, aunque la espera vale la pena. El giro le da mucha fuerza al relato. En las últimas líneas se puede entender el desconcierto y, quizás, la frustración de sentirse una sustitución de alguien que tuvo una vida y ya no está. No sé por qué, pero me temo que pronto habrá una revolución de esos reemplazos androides… ¡Un saludo y suerte en el Tintero!
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11 diciembre, 2022 en 1:55 pm
Hola, Ulises. Sabés que cuando lo escribía pensaba lo mismo, ¿cuándo sería el momento oportuno de incluir al androide? Me jugué por llevarlo hasta el final, no sin el temor de que adivinaran porque, ¡se trataba de meter un androide! Pero bueno, lo veo como un futuro posible, porque ya hemos tenido mascotas cibernéticas para llenar la soledad, ¿por qué no un amigo, un hermano, una pareja? Todo puede pasar. Un abrazo
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11 diciembre, 2022 en 12:26 pm
Muy buen ritmo, el tema, apasionante. Me recordó una peli de netflix «altered carbon», te la recomiendo. Menudo fina el de tu relato. Me gustó mucho, saludos.
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11 diciembre, 2022 en 1:55 pm
Muchas gracias, Ana! Ya estoy buscando la peli para verla! Un abrazo
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17 diciembre, 2022 en 9:23 pm
Hola, Ana! Acabo de ver la primera temporada de Altered carbon. Me gustó mucho! Gracias por recomendarla! Impresionante el despliegue de las particularidades de esa época futura. Un gran libreto. Y de los actores me encantó el que representa a Poe.
Un abrazo compañera!
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17 diciembre, 2022 en 9:36 pm
¡Sí! ¡Esa primer temporada es única! Yo vi todas, no recuerdo cuántas son. Todas me gustaron pero más la primera. Saludos.
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11 diciembre, 2022 en 9:14 pm
Hola, Mirna, me ha gustado especialmente tu relato por la temática que abordas, recientemente vi una película «El canto del cisne» que aborda esa situación aunque con un enfoque más dramático, y me encantó. El giro final es totalmente sorpresivo. y mantienes el suspense muy bien durante toda la historia. Buen trabajo.
Suerte en el Tintero. Un abrazo.
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11 diciembre, 2022 en 10:01 pm
Hola, Carles. Me alegra que te haya gustado. Me apunto la película para verla. Un abrazo
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27 diciembre, 2022 en 2:12 pm
Hola Mirna, realmente la historia da un giro sorpresa ❤️ qué nos ponen a pensar. Ahora, cabe preguntarse si realmente, ese sustituto podría realmente ocupar la vida de la otra, Acabo de ver en Netflix Pinocho, y aunque él sustituto no es un androide, sino un muñeco de madera, es una analogía que concocuerda con la tuya. Nunca otro, podrá sustituir, porque cada uno tiene sus propia esencia, aunque con la tecnología nunca se sabe.
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27 diciembre, 2022 en 2:46 pm
Hola, Raquel. Me alegra que te haya gustado. Tengo que ver la nueva versión de Pinocho, vi la propaganda y la dejé para uno de estos días. Muchas gracias por pasar por Isla. Y te deseo Felices Fiestas.
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28 diciembre, 2022 en 7:16 pm
Igualmente para ti. Sí vale la pena ver la nueva versión. Yo soy niña todavía 😂 amante de la fantasía y el mundo de la ficción. Abrazos virtuales desde Venezuela ❤️
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12 diciembre, 2022 en 2:23 pm
Hola Mirna. El deseo de trascender más allá de la muerte es uno de los anhelos mayores del ser humano. En tu relato parece que se intenta llevar a cabo mediante un ser cibernético que reemplaza a la persona que se ha ido, pero por lo visto es solo el cuerpo, y de momento aun no la propia personalidad y sus recuerdos, lo que en este futuro que imaginas son capaces de reproducir. Quien sabe si será esa la forma de vencer a la muerte, replicarnos una y otra vez en un cuerpo nuevo, hasta el infinito. No dejaría de ser una eterna condena. Un abrazo.
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12 diciembre, 2022 en 9:54 pm
Hola, Jorge. Al parecer en esa época aún no se ha logrado trasladar los recuerdos y los sentimientos. Con lo cual sería lógico preguntarse ¿para qué el reemplazo? Le estoy dando una vuelta a la historia porque me generó más preguntas que respuestas. Un abrazo
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12 diciembre, 2022 en 6:45 pm
Parece más un capricho de los demás que un deseo propio. Sin recuerdos, con el disco duro vacío, podría integrarse en la vida de la accidentada, cono en ña cualquier otra persona. Sólo es un cuerpo igual. La androide es nueva. Una nueva vida para empezar a vivir.
Me gustó como resuelves en el último párrafo, centrando más en el sentimiento wue en la sorpresa. Me queda ña duda de si todos lo saben y no le han dicho nada.
Suerte en el tintero
Abrazoo
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12 diciembre, 2022 en 9:56 pm
Hola, Gabiliante. Podrían darse varias situaciones, como le decía a Jorge recién, tengo más preguntas que respuestas y estoy viendo de seguir la historia. Un abrazo
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12 diciembre, 2022 en 9:58 pm
Muy buena historia, la sorpresa del final y lo terrible que debe ser tanto para quienes la conocen como para ella misma darse cuenta que a pesar de tener la misma imagen ya no es la mism, muy buen relato realmente.
Saludos. PATRICIA F.
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12 diciembre, 2022 en 10:30 pm
Hola, Patricia. Te agradezco mucho, la sensación de ser casi un objeto un ser destinado a cubrir un espacio dejado por otro, debe ser terrible.
Un abrazo
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13 diciembre, 2022 en 8:14 am
¡Magnífico relato, Mirna! De puntuación alta, desde luego. Aunque finalmente se veía venir algo parecido a la resolución, y dada la propuesta de este reto, la historia es interesante de principio a fin. El modo en que se cuenta, desde la incertidumbre de “la afectada” hasta la resolución del misterio, y es que si nos «roban» los recuerdos, la vida no tiene sentido. Nadie puede ni debe ser sustituto de nadie
Te felicito Mirna, porque está muy bien escrito.
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14 diciembre, 2022 en 4:16 pm
Hola Mirna, un relato muy interesante, donde la intriga te lleva a un desenlace inquietante, será capaz el cyborg de reemplazar a la persona? Me ha gustado mucho, un abrazo!
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14 diciembre, 2022 en 9:27 pm
Hola, Lola. Buena pregunta, será capaz? Querrá?
Entérese en el próximo capítulo… jajaja
Un abrazo
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15 diciembre, 2022 en 12:55 pm
Fantástico, Mirna. Poco a poco , el personaje va descubriendo la verdad. Al final , la desolación ante el descubrimiento. Me ha parecido muy interesante como lo has contado. Mucha suerte en el concurso.
Un abrazo.
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16 diciembre, 2022 en 2:40 am
muchas gracias, Pedro. Nos estamos leyendo. Un abrazo
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19 diciembre, 2022 en 11:58 am
Hola, Mirna! Me ha gustado mucho tu relato. Describes muy bien el proceso de adaptación de la protagonista tras abandonar la clínica, una vez recuperada del accidente sufrido. El giro final es estupendo. Es cierto que intuí a lo largo de la historia que seguramente habría sido transformada de algún modo en un ser cibernético, pero esa frase final («No puedo explicarles lo que puede cambiar la vida en un suspiro…») es muy evocadora. Felicidades. Un abrazo!
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19 diciembre, 2022 en 5:35 pm
Hola, Beri! Te agradezco mucho. La verdad es que no poner poco o ningún elemento futurista hasta el final, era un poco extraño, y además estaba el tema de la consigna, en algún momento tenía que aparecer. Lo que pensé es que no todos los que lo leyeran iban a estar al tanto de las reglas del juego. Un abrazo
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19 diciembre, 2022 en 6:49 pm
Hola, Mireugen.Dejé los comentarios por falta de tiempo y ahora resulta peor volverlos a leer para comentar. Un relato muy original y además, interesante para darle muchas vueltas, porque ¿somos los mismos con un implante como el que comentas? Creo que uno de nosotros, sin sufrir implantes, somos muy distintos después de treinta años para alguien que dejamos de ver. Suerte en el Tintero. Un abrazo.
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19 diciembre, 2022 en 9:41 pm
Hola, Isan. Nunca somos los mismos, ni siquiera un año después. Pueden pasar tantas cosas… imaginate lo que será que te creen para reemplazar a alguien.
Un abrazo
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20 diciembre, 2022 en 6:18 am
Hola, Meg. Se puede arreglar un cuerpo pero no una vida vivida. ¿Quién sabe? A lo mejor nuestra protagonista puede volver a su vida anterior y sentir por sus amigos y pareja igual que antes del accidente. También puede ocurrir que haya «nacido» a una nueva realidad y deba buscar aquello que la complete en ese momento aunque eso signifique romper con lo anterior.
Un trabajo fenomenal. Felicidades y mucha suerte.
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20 diciembre, 2022 en 4:23 pm
Muchas gracias, Bruno. Creo que se va a dar lo de una nueva realidad. Le estoy dando vueltas para continuar. Muchas felicidades y suerte a vos también.
Un abrazo
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20 diciembre, 2022 en 1:49 am
Hola, Mirna. Me ha gustado mucho tu relato. He de confesarte que me olía que algo así estaba pasando. En parte por las pistas que ibas dejando. Eso de que no pudiera visitarla nadie en el hospital o que tuviera la mente limpia totalmente como un ordenador nuevo me encendieron la bombillita. Lo más destacable son los sentimientos que le imbuyes a la copia artificial de la chica. Ese detalle ha hecho especial a tu relato.
Suerte con el reto!
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20 diciembre, 2022 en 11:52 am
Buenos días, Mirna.
Parece otro hecho inevitable en nuestra evolución tecnológica. El reemplazo del cuerpo. Sin embargo, si nos van a quitar los recuerdos y todos los sentimientos que con ello conllevan, tal vez no sea algo tan bueno o avanzado. Nuestra memoria, nuestras experiencias, son lo que nos van forjando como personas y lo que hace que valoremos la vida. Si nos lo quitan, tal vez parezcamos más máquinas que los propios androides.
Muy buen relato, Felicidades.
Un Abrazo y Felices Fiestas.
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20 diciembre, 2022 en 4:25 pm
Hola, Jasc! Es cierto, sin nuestros recuerdos solo somos un cuerpo de robot. Nuestras experiencias nos definen. Muchas gracias por tus palabras. Felicidades y un abrazo
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22 diciembre, 2022 en 3:28 am
Genial, me encantó. El relato te mantiene intrigado desde el inicio al final, queriendo revelar por fin la identidad de la protagonista,
Muy interesante el problema de identidad que se plantea: el clon androide, puede que se vea igual a la Melisa anterior, pero no es la misma. Incluso, puede que a futuro se convierta en una persona completamente diferente y se enamore de alguien más. Eso sería algo interesante de leer.
Suerte en el concurso.
Un abrazo.
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22 diciembre, 2022 en 10:56 am
Hola, Cynthia. Bueno me estás adivinando las intenciones jajaja. Me alegra que te haya gustado. Un abrazo y Felices Fiestas!
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22 diciembre, 2022 en 10:57 am
¡Hola Mirna! Que buen relato. No me lo esperaba para nada. Estaba tan metida en la historia intentando averiguar por qué motivo no recordaba nada ni aparecía nada de su vida en internet que no lo he visto venir. Tu historia me recuerda mucho a la serie de Black Mirror, también ambientada en sociedades futuristas. Cada capítulo trata un tema en relación a los avances tecnológicos y las catastróficas consecuencias que nos pueden deparar. En uno de ellos se trata este mismo tema de la perdida de un ser querido y como la sociedad ha llegado a un punto en que se puede pedir una copia exacta de esa persona. Un saludo y mucha suerte en el concurso.
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22 diciembre, 2022 en 11:03 am
Hola, Rocío. Muchas gracias. Sabés que no vi toda la serie Black Mirror, pero las que vi son muy buenas. Tendría que retomarla. En fin, la idea de reemplazar a las personas no es para nada novedosa, por eso quise darle un giro con esa situación en que el androide descubre y se sorprende dandose cuenta de que es un reemplazo.
Un abrazo y Felices Fiestas!
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26 diciembre, 2022 en 4:39 pm
Y te ha quedado muy bien ese giro. Realmente todo esta inventado. Cuesta mucho partir de una idea absolutamente nueva. Lo importante, creo, es saber contarla y darle tu toque propio. Y, a mi parecer, eso lo hiciste muy bien porque como ya te dije la lectura te mete de lleno en la historia. No era para nada una crítica que tuviera puntos en común con Black Mirror. Un saludo y felices fiestas también para ti.
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25 diciembre, 2022 en 11:18 am
Hola, Mirna. Un relato de búsqueda de una identidad que no es propia sino adoptada. Desde el principio se nota que algo no cuadra, pero los diversos personajes no sueltan prenda creando una expectación creciente con cada visita. Hasta que el último de la lista, con un buen giro final, despeja cualquier duda.
Saludos y suerte. 🎄🎅🥂🖐️
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25 diciembre, 2022 en 1:04 pm
Gracias, JM. Me alegra que te haya gustado. Un abrazo y Felices Fiestas!
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25 diciembre, 2022 en 3:05 pm
Si, ojala fuera posible ahora reemplazar miembros perdidos de la familia….. aunque creo seria algo raro, l»os reemplazos no son como el original», dirian algunos
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25 diciembre, 2022 en 4:47 pm
Seguramente, José. Somos nosotros y las circunstancias. Y esas circunstancias son variables, por lo que no creo que se pueda repetir alguien.
Un abrazo
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