Piernas largas
¡Hola, amigos! Hoy les traigo un relato que participa en el reto del mes de El tintero de Oro de David Rubio. En esta ocasión, homenajeando a un clásico de la literatura detectivesca o como se suele decir, género negro: El halcón maltés, de Dashiell Hammett, del que he visto la película y me encantó. Reconozco que no me siento muy cómoda escribiendo asuntos de detectives. Mi lógica o mi capacidad de hurdir una trama que se vaya descubriendo de a poco no es muy buena. Pero aquí estamos, con la mejor de las intenciones. Espero que les guste o que me perdonen…
–Querida, salgo. Acordate que vuelvo más tarde, tengo una cita con el dentista.
–Sí, amor. No te preocupes. Yo estaré toda la tarde con Lucy.
El detective Shark salió hacia la oficina. Tenía varios clientes nuevos ese día. Uno de ellos le llamó poderosamente la atención. Era una mujer muy hermosa, con una mirada dulce y tierna. Tenía las piernas más largas que había visto jamás. No se parecía en nada a su esposa. Más bien parecía salida de un cómic, con atributos contradictorios: exhuberante belleza y extrema sensibilidad. Shark escuchó con paciencia el caso que ella le presentó.
—¿Está segura de que su esposo no la ama?
—Yo no dije que no me amara. Solo que creo que me es infiel desde hace un par de meses.
—¿Tiene alguna prueba? ¿Algún indicio?
—Todos los martes pasa la tarde en el club. Nunca quiso llevarme a pesar de que me gusta mucho verlo jugar al tenis.
—Entiendo. Hoy es martes, ¿usted cree que él no está allí? ¿No pensó en presentarse en el club?
—No podría hacer eso. Sus amigos me delatarían y él se enojaría conmigo. Tiene que ser un hombre el que lo verifique.
—Entiendo. Haremos una cosa: lo seguiré por una semana y veremos qué es lo que surge.
Shark comenzó su pesquisa. Siguió al hombre por un par de días. Lo vio acudir a su trabajo, luego asistir al club, volver a su casa, ir nuevamente al club. Era un entusiasta del tenis, realmente lo disfrutaba y era bueno en eso. Y luego a casa, como un caballo de calesita.
—Querida, hoy tengo pócker con los muchachos.
—¿No vas a seguir a tu marido infiel?
—No. Realmente creo que la esposa ve fantasmas. Es que ella es ese tipo de mujer que, pese a su belleza, es muy insegura.
—Bueno, mientras pague…
—Sí, pagó por adelantado. Voy a venir tarde, ¿sabés? —dijo él, dando un beso en la frente a su mujer.
—No te preocupes, hoy vendrá Lucy a acompañarme, veremos una película.
—Traten de no embriagarse. Ustedes con una copita ya ven doble…
Shark pasó un par de horas con los amigos. Apostó unos cuantos dólares. Ganó una mano, perdió otra. A las doce de la noche se despidió de la pandilla y salió. Recorrió la calle que lo llevaba hasta la casa de la clienta. Se quedó un rato en la esquina, resguardado bajo el techo de una parada de colectivos. Minutos después lo vio salir. El hombre no salió en su propio auto, tomó un taxi. Shark anotó la matrícula y el nombre de la empresa de taxis. Era suficiente, por esa noche. Volvió a su juego de pócker y dio el batacazo final haciéndose con el pozo.
A las tres de la mañana llegó a su casa. Su esposa dormía con su usual pijama floreado. La oyó respirar. Le gustaba el suave sonido que salía de su boca. La comparó con la bella clienta de las piernas largas. Sin dudas, su esposa no resistía la comparación. Trató de pensar en otra cosa, se sirvió un whisky. Demoró un rato frente a la ventana, viendo hacia afuera. Las luces de la calle iluminaban el interior de su casa. Hacían brillar el marco de una foto de las últimas vacaciones en el Caribe con su esposa.
—¿Qué hacés Shark, no venís a la cama? —protestó suavemente su esposa.
—Ya voy, amor. Dormite, en seguida te alcanzo.
A la mañana siguiente, la clienta se presentó en la oficina de Shark. Lucía un vestido color verde con brillos en los contornos del escote. Su mirada se iluminaba con el reflejo de las pequeñas piedritas. El detective la invitó a sentarse y le ofreció una copa de licor.
—¿Pudo averiguar algo? ¿Sabe a dónde fue anoche?
—Tengo una dirección. Pero esto no le va a gustar.
—Dígame, estoy preparada para cualquier cosa.
—Su esposo tomó un taxi, anoche. El auto lo dejó en un hotel, el Splendid. Pero no fue a una habitación. Solo usó el lugar como punto de encuentro. Un rato después, se presentó una mujer con un vestido azul oscuro y unos zapatos con hebilla dorada. Muy bella, según el conserje de la noche. De allí partieron juntos hasta otro lugar. Lamentablemente no tengo la dirección, pero para mañana la conseguiré.
Shark terminó de hablar y posó su mirada en las largas piernas.
La mujer se acomodó en su asiento, posiblemente se sintió incómoda con la mirada del hombre. Sus ojos estaban vidriosos, contenía unas lágrimas.
Esa noche, Shark volvió más temprano a su casa. Encontró a su mujer haciendo la limpieza, vestida con ropas deportivas. De la cocina salía un aroma a pollo al horno con papas que le aguó la boca. Se sentía bien tener un hogar cálido. Se sentía bien saber que alguien lo esperaba. Se sentía bien, aunque su esposa no tenía las piernas tan largas como su clienta.
—¡Querido! ¡Volviste temprano hoy!
—Sí. Hoy pude cerrar temprano.
—Haceme un favor, estoy cambiando la ropa de invierno por la de verano y tengo un par de cosas para la tintorería, ¿Te molestaría llevar el vestido azul para que lo limpien en seco? La ropa del placar tiene un poco de olor a naftalina.
Los zapatos de hebilla asomaban del interior del mueble.
(C) Meg
8 abril, 2022 en 9:05 pm
Muy buen relato con final sorprendente, al final la sorpresa se la lleva Shark. ¡Suerte en el Tintero!
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9 abril, 2022 en 12:34 am
Hola, Ana! Muchas gracias por tus palabras. Un abrazo y suerte!
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9 abril, 2022 en 4:47 pm
Un final de lo más inesperado!! Muy bueno! Un detective de lo más confiado,jejeje. Felicidades! Suerte con el concurso! Saludos!
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9 abril, 2022 en 4:49 pm
Muchas gracias, Mayte. Sí, a veces se cumple el dicho: «en casa de herrero, cuchillo de palo» jajaja
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11 abril, 2022 en 11:29 am
Hola Mayte, ese relato no es mío sino de Mireugen. Saludos.
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9 abril, 2022 en 8:44 am
Estupendo, Mirna. Un final buenísimo que no se ve venir y da un vuelco tremendo a la historia. Me ha gustado mucho. Felicidades y suerte en el Tintero.
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9 abril, 2022 en 1:52 pm
Muchas gracias, Marta! Tenía miedo de ser demasiado obvia. Un abrazo
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9 abril, 2022 en 9:37 am
Muy bueno ese inesperado final. Mucha suerte.
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9 abril, 2022 en 1:52 pm
Muchas gracias, Tinta… Nos estamos leyendo. Un abrazo
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9 abril, 2022 en 9:40 am
Gracias, Mirna, por participar con este relato en el homenaje a Dashiell Hammett y El Halcón Maltés. Un abrazo y suerte!!
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9 abril, 2022 en 1:52 pm
Gracias, David! Un abrazo
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9 abril, 2022 en 9:54 am
Tanto buscar afuera y tenía la respuesta dentro de su porpia casa, je,je.
Muy bueno.
Un abrazo.
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9 abril, 2022 en 1:53 pm
Muchas gracias, Josep. Me inspiré en la carta robada, todo estaba ahí… Un abrazo
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9 abril, 2022 en 11:34 am
El cornudo siempre es el último en enterarse. Shark ha perdido instinto depredador.
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9 abril, 2022 en 1:54 pm
Así parece! Lo que queda abierto es si él se dio cuenta de esos detalles… Un abrazo
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24 abril, 2022 en 6:24 pm
Buen final, y de sorpresa para el detective. Le falta más agudeza visual jajaja. Una perla para ti 😍. Saludos cordiales desde Venezuela. Raquel Peña.
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24 abril, 2022 en 6:33 pm
Gracias, Raquel. Habrá detectado los detalles el detective? Quizás se hizo el que no vio nada…
Un saludo
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9 abril, 2022 en 6:24 pm
El cazador, cazado! O mejor dicho: el cazador engañado! Muy bueno, Mirna. Me gusta pensar que el detective reparó en la coincidencia de los detalles. Sería demasiado que el pobre fuera distraído. Un abrazo grande
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9 abril, 2022 en 6:27 pm
Gracias, Juana! Sí, sería demasiado que pasara por alto esos detalles… salvo que las piernas largas puedan más. jajaja
Un abrazo
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10 abril, 2022 en 6:49 am
¡Hola, Mirna! El detective Shark parece un buen observador para los detalles de su trabajo, pero lo mismo ni se entera de que color es el vestido delator de su esposa. Ella parecía una dulce ama de casa entregada al cuidado del hogar y del marido, y es que las apariencias engañan, no hace falta tener las piernas kilométricas para ser seductora y engañadora jeje
Un abrazo, compañera. Hasta pronto.
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10 abril, 2022 en 12:51 pm
Tal cual, Isabel. A veces la belleza está en otras cosas. O a veces la costumbre hace que nos olvidemos de ver la belleza de quien tenemos más cerca.
Un abrazo
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10 abril, 2022 en 9:11 am
La mujer de las piernas largas me recuerda a la esposa de dibujos animados de Roger Rabbit (muy real aún siendo una viñeta) Se cumple lo de siempre: Para ver el bosque, hay que alejarse de los árboles. Aún así, el detective que no se desanime, el trabajo y nuevos casos le animarán a salir adelante….
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10 abril, 2022 en 12:53 pm
Hola, Juan. Lindo personaje traes a cuento y un refrán que calza a la medida del relato. Un abrazo
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10 abril, 2022 en 4:41 pm
Me ha gustado. Y el giro final también. Un saludo.
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10 abril, 2022 en 5:03 pm
Muchas gracias, Ainhoa. Un abrazo
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10 abril, 2022 en 11:38 pm
Hola Miren , buenas noches vaya giro que me has dado al relato , muy bueno el pobre vigilando a un pobre pecador adúltero y resulta que su mujer le ponía los cuernos con el marido de piernas largas ,jajaja.
Me a gustado mucho te deseo mucha suerte en el tintero , saludos de flor.
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10 abril, 2022 en 11:45 pm
Hola, Flor, no logré el clima detectivesco y decanté por un final con humor. En fin, cosas que pasan. Un abrazo
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11 abril, 2022 en 7:37 am
Hola, Mirna. La esposa de nuestro detective no saldría buen parada de la comparación pero sabía poner los cuernos igual o mejor que «piernas largas».
Muy buen relato. Bien escrito y entretenido.
Te deseo lo mejor en el concurso. Un saludo.
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11 abril, 2022 en 9:52 pm
Gracias, Bruno! Es que a veces la rutina lleva a olvidarse de las piernas largas que tenemos en casa. Un abrazo
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11 abril, 2022 en 3:19 pm
Hola Mirna. El detective resolvió dos infidelidades en una sola investigación. Tampoco es de extrañar dado lo poco que está en casa, siempre atareado con su trabajo o sus amigos. Creo que al final va a haber un intercambio de parejas favorable para todos jaja. Muy buen final, cerrando una historia circular. Un saludo.
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11 abril, 2022 en 9:53 pm
Hola, Jorge! Me gusta esa idea, así nadie saldría perdiendo! Un abrazo
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11 abril, 2022 en 8:35 pm
Me encantó. Desde que empezó el cuento yo me olía que la esposa tendría algo que ver, tantas salidas… el final no me defraudó para nada. Espero que el detective pueda hacer una vida nueva con la mujer de piernas largas.
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11 abril, 2022 en 9:54 pm
Muchas gracias jzkvl! Me alegra que te haya gustado y que quieras volver a esta Isla…
Un abrazo
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12 abril, 2022 en 6:55 am
Ella sí que era lista. Mucho más que el pobre hombre.
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12 abril, 2022 en 11:01 pm
Hola Albada. No sé si llamarlo pobre hombre, pero seguro que ella era lista! Un abrazo
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12 abril, 2022 en 10:34 am
No tendrás mucha afición a este tipo de textos, pero el tuyo es excelente y contando con la desventaja que supone escribir una trama compleja en un relato corto. Me ha gustado, Mirna
Un abrazo
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12 abril, 2022 en 11:04 pm
Gracias, Dr. Krapp! Es cierto lo que dices, cuanto más reducido es el espacio, más cuesta esconder las pistas para que no parezcan tan obvias. Es un reto.
Un abrazo
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12 abril, 2022 en 9:54 pm
Linda sorpresa se ha llevado el detective sin dudas, muchas veces las menos agraciadas lo pasan mejor que las otras, muy bueno, muchas suerte, saludos, PATRICIA F.
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12 abril, 2022 en 11:06 pm
Gracias, Patricia! Hay un dicho: la suerte de la fea, la linda la desea… jajaja
Un abrazo
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13 abril, 2022 en 9:34 pm
Vaya sorpresa que tuvo el detective, quien encontró a ese otra mujer.., que era su propia esposa.
Un indicio que la hiciera esperar, cuando ella lo llamaba para acostarse junta.
¿Una excusa para mirar con toda libertad a a ese cliente de piernas largas?
Un abrazo.
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14 abril, 2022 en 1:31 am
Hola, Demiurgo. Muchas gracias por pasar y comentar.
Un abrazo
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16 abril, 2022 en 11:26 am
Infidelidad por todos lados…. y es que los detectives no deben tener esposa, es una regla del gremio…. con tanta ausencia es obvio que algo asi iba a ocurrir. Es mas ella queria que Shark la descubriera. A no ser que los zapatos de hebilla sean comunes….
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16 abril, 2022 en 6:58 pm
Hola, Mireugen. Dice el refrán que en casa del herrero, cuchillo de palo. Este detective será muy bueno en su oficio pero no se entera de lo que pasa en casa, y, además siguiendo al marido de piernas largas. Está claro se impone un cambio de parejas y todo arreglado. Divertido relato y eso que dices que no es tu fuerte. Un abrazo.
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16 abril, 2022 en 7:00 pm
Gracias, Isan. Las historias de detectives son las que más me cuestan. Te agradezco tus palabras.
Un abrazo
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18 abril, 2022 en 5:43 am
Hola, Mirna. Al final , nada era lo que parecía. Excelente el giro final , que da sentido a todo el relato. Mucha suerte en el concurso. Saludos.
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18 abril, 2022 en 10:53 am
Hola, Pedro. Muchas gracias. A veces nos llevamos sorpresas. Un saludo
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19 abril, 2022 en 7:59 pm
Hola, Mireugen. Me ha gustado mucho tu relato, está muy bien narrado y nos mantiene expectantes hasta el final sorpresivo. Me gustó el final algo abierto: ¿el detective será capaz de resolver el caso?, pues, en estos casos son los últimos en enterarse.
Suerte en el Tintero.
Un saludo.
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19 abril, 2022 en 11:17 pm
Gracias, Cynthia! Me alegra que repares en ese detalle. Los zapatos asoman… la mirada del detective los detectará?
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20 abril, 2022 en 6:27 pm
Es que el cornudo siempre es el último en enterarse. ¡Buen golpe final!
Pues para no ser lo tuyo, te quedó bien lucido.
¡Suerte con el concurso!
Un saludo.
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20 abril, 2022 en 10:30 pm
Muchas gracias, MJ! Un abrazo
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21 abril, 2022 en 10:26 am
Una historia de infidelidades con el detective como victima, no está nada mal, muy original.
Un saludo y suerte en el concurso.
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21 abril, 2022 en 10:34 am
Hola, Mirna. En casa del detective el engaño está asegurado como en la del herrero y su cuchillo de palo. En fin, los hay más despistados que yo, eso me congratula de tu relato. Los gustos son personales y cada uno tiene los suyos, pero me parece que a la clienta no le gusta el detective así que siga con su fortuna con las cartas que con las mujeres agua. 😂
Lo mejor el giro final, Saludos y suerte.
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23 abril, 2022 en 7:59 pm
Hola Mirna, ups, ups, qué flash. La historia es super cinematográfica, lo has bordado compañera, diría que has disfrutado un montonazo con estos personajes. Las historias detectivescas son geniales. Esos zapatos de hevilla, jeje. Dos casos en uno y unas cuantas corridas. Un abrazote
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23 abril, 2022 en 8:06 pm
Muchas gracias, Eme! Me encanta eso que dices, siempre tuve ganas de aprender a escribir un guión cinematográfico. Es un pendiente. Un abrazo
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25 abril, 2022 en 12:14 pm
Tanto buscar y la respuesta a sus averiguaciones las tenía en su propia casa, aquí la más lista la señora je je je ese vestido azul es el arma del delito ji ji ji.
Muy bueno Mirna.
Un abrazo
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25 abril, 2022 en 9:21 pm
Gracias, Puri! Ella la iba de buena ama de casa… A veces los halcones se disfrazan de palomas.
Un abrazo
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