Películas populares – ¿Pirata o no pirata?
¡Hola, amigos! Hoy les traigo una nueva entrada en la que comento algunos aspectos de una de nuestras películas preferidas. En este caso, se trata de Piratas del Caribe. Una joyita en muchos aspectos, por lo menos, para mí. Y como cualquier película, tiene aristas que nos hacen pensar y por qué no, divagar un poco. Los dejo con estas ideas que, desde ya, no son una crítica cinematográfica.
A veces hablamos con alguien y notamos que usa una palabra con un sentido nuevo. Al principio nos choca, luego nos acordamos de que la lengua está viva y con el tiempo los términos se van resignificando. Eso me pasó cuando escuché por primera vez que usaban la palabra “gato” para llamarse entre amigos. Es una palabra con carga despectiva, pero en el lenguaje coloquial, hay gente que la usa para bromear con sus amigos. Y como hago cuando no entiendo algo, recurrí al diccionario y encontré que además de referirse a quien hace un trabajo para otro, también designa a un ladrón nocturno.
Hoy volví a ver Piratas del Caribe. Me divierte mucho el humor que transmiten sus personajes. Debo ser bastante infantil, lo reconozco. De chica me reía con Abbot y Costelo y con los tres chiflados o Pepe Biondi. Antes, además del ridículo de ciertas situaciones, se explotaban las características físicas. Nos reíamos de la gordura o la delgadez, de la poca inteligencia o de la brutalidad. No sé si el humor cambió tanto a lo largo del tiempo, pero la película de los piratas juega con cosas como por ejemplo la desorientación de Jack, que no sabe lo que quiere y, por tanto, la brújula mágica no apunta hacia ningún lado, nos reímos de su histrionismo, su caracterización de un pirata algo fuera de la realidad y absurdo que pelea con un pequeño mono.
Pero en la película hay algo que es muy interesante. Me refiero a que Jack antagoniza con otros piratas. En la primera película de la saga: La maldición del Perla Negra, el capitán se enfrenta a Barbossa. En la segunda, se enfrentará a Davy Jones. Y es en esta segunda entrega que se produce la mayor contradicción entre piratas. Jack, el bueno, contra Davy, el malo. Lo cual me lleva a preguntarme: ¿hay piratas buenos y piratas malos o el simple hecho de ser pirata conlleva una carga negativa? ¿Cambió a lo largo del tiempo el sentido de la palabra pirata?
¿Es cierto que Jack es bueno? No me cabe duda de que Davy representa algo malo. Mantener a una tripulación encantada y esclavizada al punto de que no pueden abandonar la nave, eso es malo. Pero Jack, ¿es bueno?
El bien y el mal hacen su juego. Davy no tiene corazón, más allá de que lo perdió por amor, no lo tiene. Jack sí, con todas sus excentricidades, lo tiene.
Pensemos en las veces que usamos la palabra pirata en la vida cotidiana. No recuerdo haberla oído en un contexto en el que se resaltara alguna cualidad positiva de alguien. ¿Qué nos propone la película? ¿Será que debemos revisar el concepto de pirata?
No digo ni que sí, ni que no. Solo pregunto. Porque si vamos a la definición, pirata es quien navega sin licencia. También hay piratas del asfalto, ladrones sobre ruedas. Y más acá, han nacido los piratas informáticos. El arte se esfuerza por reconocer que el bien y el mal no son categorías tan tajantes. Hay muchos grises, ¿verdad? En algún momento todos hemos sido piratas. ¿Quién no se descargó música pirata o una película o un libro pirata de la red? ¿La aceptación de esa dualidad es lo que debemos sacar como conclusión?
Me encanta Piratas del Caribe. Me parece una fantasía muy bien lograda. Me divierte. Me entretiene, me permite imaginar que transgredir algunas reglas es posible y emocionante y tal vez nos rescata por un rato de un mundo lleno de normas en las que no hemos participado al ser definidas. Solo me pregunto: ¿queremos pensar que hay piratas buenos? ¿O que a veces no es tan malo ser pirata? Y lo digo como fan de la saga. Lo repito.
Cada vez más, los personajes de las obras se animan a lo extraño, a lo delictivo, a lo morboso o lo enfermo. No son creíbles los personajes totalmente buenos o totalmente malos. La gente no es así. Hay grises. Jack es gris, tiene cosas malas y cosas buenas. Nos identificamos con él, con sus problemas, sus deseos, sus rarezas, sus aventuras.
─¡Eh, gato! ¿hay piratas más buenos que malos?
No puedo dejar de pensar que a veces coqueteamos con los límites y eso nos hace sentir sensaciones emocionantes, nos libera de las ataduras de la realidad, por un rato. Es parte de la diversión aceptar la trama de una historia, creerla por un rato, meternos en ella. Es un acuerdo tácito entre el lector y el libro o el televidente y la película. Luego de la palabra “Fin”, cada cual volverá a su realidad. Porque siempre que hay más de una interpretación, hay más de una realidad. ¿O no? Lo dejo abierto a opinión.
(C) Meg
17 julio, 2021 en 1:01 pm
Muy buena entrada, coincido en que nadie es cien por ciento bueno o malo. El personaje de Jack gusta precisamente por eso, es muy real, con sus defectos, virtudes y locuras. Todos tenemos algo de él. La peli, para mí es muy buena. Saludos!
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19 julio, 2021 en 10:37 am
Es realmente curioso, pero no he visto ninguna película de la saga de los Piratas del Caribe, por mucho que he leído muchas alabanzas, como la tuya. Hay algo que no me atrae y no sabría decir el qué. Igual me ha ocurrido con toda la saga de Star Wars, una serie de un enorme éxito que se ha convertido en un mito cinematográfico. A veces, cuando a uno no le entra algo a la pirmera, ya es difícil que le dé una oportunidad y seguramente me esté perdiendo algo que vale mucho la pena.
Un abrazo.
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19 julio, 2021 en 11:01 am
Hola, Josep. Solo te digo que es interesante, muy imaginativa en algunas cuestiones. Una fantasía muy bien lograda. No es una película tradicional sobre piratas. Un abrazo
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24 julio, 2021 en 3:39 pm
Los piratas no eran buenos, solo unos tipos desalmados que se vendían al mejor postor fuese un tesoro o un gobierno que quisiese acabar con sus enemigos comprándolos con títulos o con propiedades.
La romantización de los piratas procede de Stevenson y sus sucesores como Salgari. Son do producto de una época en que estaban de modas los proscritos. El paso de Robin Hood o Dick Turpin a Barbanegra o Billy El Niño. Actualmente ha ocurrido lo mismo con algunos gangsters y mafiosos. Nada nuevo en una sociedad necesitada de superhéroes de pega.
Un abrazo, Mirna
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25 julio, 2021 en 8:02 pm
Como bien dices, Dr. Krapp, hay un proceso de romantización de los piratas. Tal vez anhelamos la libertad, la ruptura de normas y la aventura. Lástima que en el camino me parece que se mezclan cosas que tienen que ver con valores. Eso es lo único que me hace ruido. Por lo demás, soy una romántica, me gusta la aventura y la fantasía que propone la saga.
Un abrazo Doc.
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