Retratos – La vecina indiscreta

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Resultado de imagen de vieja sexy"Hay veces que las malas lenguas traen noticias explosivas, sobre todo, cuando el escándalo es una forma encubierta de discriminación.

Josefa era una señora grande, demasiado grande para algunas cosas. Andaba en la mala. Tenía la billetera vacía, tanto como la panza. Nadie podría imaginar a una mujer como ella vendiendo favores sexuales, pero nunca falta una vecina que eche a andar la bola.

Las últimas semanas se venía comentando que la susodicha había sido vista con demasiada frecuencia en el bar de la esquina. Las vecinas se hacían esas preguntas suspicaces que siempre abundan, que si tenía plata para pagar comida hecha, que si el dueño del bar le regalaría la comida. Los comentarios estallaron cuando vino la Pepa con la noticia de que el dueño del bar había echado a la Josefa por conducta inapropiada. Que sí, ¿que no te das cuenta de que ya no cruza al bar?

Está claro que lo inapropiado puede tener múltiples interpretaciones. En el caso de Josefa, estaba claro para las vecinas que quería decir que se mostraba demasiado insinuante con algunos parroquianos. Y se decía, además, que la habían visto salir detrás de algunos, después de que le hubieran invitado la cena.

En la pensión, se siguen escuchando versiones sobre cuáles serían esos favores que Josefa prodigaba. Nadie dice que esos días no tenía plata ni para un café con leche.

La mujer se ríe para sus adentros. Porque ya cobró la pensión y volvió a ocupar un lugar en el bar, desde donde puede ver la novela turca en la tele, pródiga en escenas de harenes y engaños conyugales, para delicia de las que aman las fantasías que nunca se animarán a realizar.

(C) Meg

12 comentarios sobre “Retratos – La vecina indiscreta

    Mamen Piriz García escribió:
    9 noviembre, 2019 en 8:01 pm

    Me ha gustado este relato Mirna. Un abrazo.

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      mireugen respondido:
      9 noviembre, 2019 en 10:43 pm

      Muchas gracias, Mamen. Es una alegría.
      Un abrazo

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    Julia C. Cambil escribió:
    11 noviembre, 2019 en 8:20 pm

    Las personas maledicentes no descansan, sobre todo porque no les supone ningún esfuerzo difundir sus rumores, medias verdades o mentiras flagrantes; son así, enredan con la misma naturalidad con la que respiran. Odio a ese tipo de personas, pero lo mejor para fastidiarlas es no darles credibilidad ni seguirles nunca el juego, tal y como hacía Josefa. ¡Una mujer inteligente!

    Buen relato, Mirna. Aparte de entretenido es una gran crítica que merece la pena ser tenida en cuenta.

    ¡Un abrazo!

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      mireugen respondido:
      12 noviembre, 2019 en 12:08 am

      Hola, Julia. Es muy cierto lo que dices, las malas lenguas siempre están en movimiento. Como decimos por acá: «el aire es gratis». Por eso lo mejor es no hacer caso.
      Un abrazo

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    David Rubio escribió:
    11 noviembre, 2019 en 9:21 pm

    Desde luego que no se me ocurre mejor imagen para acompañar este relato, Mirna. ¡Impactante! Tu retrato nos presenta a una anciana con la suficiente edad como para haberse ganado el derecho a hacer lo que le venga en gana sin estar pendiente de habladurías. Me vino un refrán español que dice «Ande yo caliente y ríase la gente». Un lienzo muy agradable de leer. Un abrazo!!

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      mireugen respondido:
      12 noviembre, 2019 en 12:11 am

      Gracias, David! Es un refrán muy conocido, sin embargo, nunca le había encontrado una aplicación tangible. Realmente describe la situación. Un abrazo

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    Josep Mª escribió:
    12 noviembre, 2019 en 7:35 am

    Hay gente que siempre está dispuesta a meterse en la vida de los demás, sobre todo esos hipócritas que se escandalizan con las costumbres de otros y no reparan que ellos tienen otras iguales o peores.
    Un relato franco y encantador.
    Un abrazo.

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      mireugen respondido:
      12 noviembre, 2019 en 10:13 am

      Muchas gracias, Josep. Sí, hay gente que ve los defectos solo en los demás.
      Un abrazo

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    historiasconk escribió:
    12 noviembre, 2019 en 1:01 pm

    Sé muy bien de esas maledicientes, de la lengua muy rápida y del comentario a escondidas. Yo lo he vivido casi en toda mi etapa hasta por nimiedades. Lo que hace de bueno a Josefa es que ella, se rie para sus adentros y sigue con su vida. No hay mayor tranquilidad, que una almohada bien limpia. Saludos! me ha gustado tu relato mire

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    Estrella Amaranto escribió:
    14 noviembre, 2019 en 8:07 pm

    Suele ocurrir tal y como lo cuentas, amiga Mirna, esas malas lenguas, encubren toda una discriminación y a mi modo de ver son las típicas mojigatas ñoñas, que de todo se escandalizan y montan una película de otra persona, como aquí con Josefa, quien tiene una actitud fantástica, riéndose para sus adentros, después de cobrar su pensión y seguir haciendo lo que más le gusta.
    Un abrazo.

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      mireugen respondido:
      14 noviembre, 2019 en 10:01 pm

      Hola, Estrella! Pienso que sí, que hay gente que se escandaliza y lanza rumores que solo dan cuenta de sus propias fantasías.
      Un abrazo

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