La imitadora

Posted on Actualizado enn

Resultado de imagen para maquillaje mimoAlina imitaba. Imitaba todo lo que hacían los demás. Aclaro que no era un mimo de esos que te sorprenden por la calle distraída. Por poner un ejemplo: si estaba sentada en la estación esperando el tren y otro se levantaba, pensaba que venía el tren y también se levantaba. Si estaba esperando en la esquina para cruzar la calle y otro avanzaba pensaba que tenía luz verde y caminaba. La típica, si había alguien mirando hacia arriba, se detenía y miraba hacia el mismo lugar. Siempre se plegaba a los movimientos y los gestos de los demás. Tanto que se le estaba olvidando tener juicio proprio para sus asuntos.

Un día, sin ir más lejos, caminaba por una vereda y vio que la señora que iba adelante se subía las botamangas de los pantalones, porque iba a pasar por una zona en la que estaban baldeando. Alina instintivamente hizo lo mismo y no tuvo defensa cuando un perro se aferró a sus tobillos. Así le siguieron pasando cosas como cuando vio a una beba chuparse los dedos para sacarse restos de dulce y no se dio cuenta que ella tenía aceite en la mano. O cuando un chico iba adelante saltando baldosas de dos en dos y ella pensó que era por problemas en la vereda, lo imitó y el chico se quejó porque ella se estaba burlando de su dificultad para caminar. Así y todo, llegó un momento en que no podía dejar de imitar todo lo que veía. El colmo fue cuando quiso imitar a un perro que ladraba a unos ladrones que huían con una cartera. En ese momento traspasó un límite, ya que la gente se dio vuelta enojada porque en lugar de hacer esas monerías debería haber llamado a la policía.

Nuestra amiga se hacía tiempo también para entrar a Internet. Una vez se plegó a una manifestación en contra de las cadenas y no se dio cuenta de que no protestaban contra las cadenas virales sino que se trataba de convictos. Otra se adhirió a una protesta en contra de los emoticones enojados y claro eso no tuvo graves consecuencias, más allá de recibir cientos de comentarios en su Face con 😦 . Y otra vez se pasó toda la tarde tratando de reproducir una receta para hacerse una mascarilla facial. Esa vez tuvo que pedir ayuda para quitársela porque los huevos no estaban en buen estado y no se despegaban de su cara.

Nada de lo que hacía comportaba un gran peligro en sí mismo. Si lo hacían muchos, tan mal no debería estar… Sin embargo, una vez difundió una noticia que le trajo una gran amargura. Anunciaban una guerra y ella lo retwiteó. Imaginen las consecuencias para las familias de los que vivían en ese otro país, cientos de personas sintieron que se les caía el mundo.

Por suerte Alina tenía buenos amigos. Su imitación no la ponía en lugares tan equivocados. Pero su afición le seguía trayendo momentos complicados. Una vez se adhirió a una prueba de adelgazamiento que circulaba en la red. La cosa era que para adelgazar más rápido había que enfundarse en bolsas de polietileno y salir a correr. Imaginen ustedes los pasos de una persona embolsada. Parecía traficante de grillos. La cuestión es que salió a correr así, embolsada de pies a cabeza, y con tan mala suerte que a las pocas cuadras cayó medio desmayada por el calor. La suerte pareció estar de su lado cuando se le acercó un muchacho de lo más guapo.

El susodicho se acercó atento y le preguntó cómo estaba. Imaginen la sorpresa de nuestra amiga cuando no supo qué responderle. Claro, sin nadie a quien imitar no sabía cómo manejarse. El muchacho no sabemos si pensó que era muda o enferma.  Pero en ese momento vieron pasar una ambulancia y ella imitó la sirena. Él entendió que necesitaba un médico y lo llamó. Momentos después ella era trasladada a un nosocomio de la zona. Del muchacho no supo nunca nada más.

Desde ese día comenzó su práctica intensiva de ir en contra de la corriente. Tanto practicó que ahora su palabra favorita pasó a ser no… No quiero. No puedo. No me gusta. No es práctico. No se ajusta a mis necesidades.

Esto tuvo sus ribetes positivos, le dijo “No” a las grasas, al alcohol y a las drogas como nunca antes. Pero… ayer un amigo la invitó a salir y, como imaginarán, también le dijo que no. Ahora está pensando cómo hacer para equilibrar las cosas… Se compró una balanza y ahí anda, intentando pesarlo todo… Veremos cómo le va.

Meg © Todos los derechos reservados

16 comentarios sobre “La imitadora

    Ana Centellas escribió:
    30 abril, 2017 en 10:44 pm

    Fantástico!!

    Le gusta a 1 persona

    Ziortza Moya escribió:
    1 May, 2017 en 8:11 am

    Genial tu relato Mirna, me ha encantado. Creo que es un reflejo de la sociedad muy acertado, o sigues el rebaño o vas en contra, parece que no hay donde situarse (he de decir que me he reído un poco con lo del emoticono). Al menos es la conclusión que yo he sacado. Parece mentira, pero parece que hoy en día «vivir» sin más se hace cuesta arriba…
    Enhorabuena por tus letras, un abrazo muy fuerte.

    Le gusta a 1 persona

      mireugen respondido:
      1 May, 2017 en 11:24 am

      Gracias, Ziortza. Es cierto, a veces la sociedad nos pone en esa disyuntiva… Cómo construir un camino medio es todo un desafío.
      Un abrazo

      Me gusta

    María escribió:
    1 May, 2017 en 3:39 pm

    Muy bueno. Una buena crítica de la sociedad actual. Ser borrego no es tan fácil como pensamos, pero llevar la contraria a todo tampoco.
    Un besillo.

    Le gusta a 1 persona

      mireugen respondido:
      1 May, 2017 en 3:45 pm

      Gracias, María. Es eso justamente, lo has dicho muy bien. Los extremos nunca son buenos. Un beso

      Me gusta

    mensajedearecibo escribió:
    3 May, 2017 en 7:04 pm

    Dicen que la perfección está en el punto medio, pero creo que nuestra protagonista lo tiene muy difícil.
    Un relato muy divertido y bien estructurado, Meg. Me ha encantado.
    Un abrazo.

    Me gusta

      mireugen respondido:
      3 May, 2017 en 11:58 pm

      Es complicado hallar el punto medio, yo siempre ando buscándolo. Por eso me pareció divertido exagerarlo con este personaje que de tantos errores en algún momento lo logrará.

      Me gusta

    mireugen respondido:
    3 May, 2017 en 9:51 pm

    Gracias,Bruno. He intentado relatar con humor lo que a veces es una ardua tarea. Encontrar el punto medio no es fácil a veces. Y hay quienes tildan de tibios a quienes no adoptan posturas extremas. Todo un trabajo.
    Un abrazo

    Me gusta

    Humoreo Luego Río escribió:
    3 May, 2017 en 9:51 pm

    Para una persona con poca o ninguna personalidad, debe resultar difícil exponer públicamente su opinión y mucho más plantar cara, como para llevar la contraria a algo o alguien.
    Mirna, buen relato. Te felicito.
    Un saludo.

    Le gusta a 1 persona

      mireugen respondido:
      3 May, 2017 en 10:25 pm

      Si. A veces puede ser falta de convicción o incluso no querer salir de la zona de confort que ofrece dejar que nuestras acciones sean guiadas por los demás. O tal vez es una etapa en la maduración.
      Un abrazo

      Me gusta

    anabelmis escribió:
    6 May, 2017 en 5:35 pm

    Reblogueó esto en Apenas un instante.

    Le gusta a 1 persona

    davidrubios escribió:
    12 May, 2017 en 12:05 am

    Brillante metáfora de la época que vivimos. En estos tiempos en los que parece que se exige al individuo que se etiquete para ser aceptado por un grupo. Una época en la que parece que debes posicionarte a favor o en contra pero nunca tener tu propia opinión, un mundo de espejos, de falsos profetas, de ovejas anhelando a su pastor. Ya es tarde, pero sin duda este es un relato en el que cada relectura te sugiere una nueva reflexión. Un abrazo!

    Me gusta

    El Baile de Norte escribió:
    19 May, 2017 en 5:25 pm

    Ya ves o todo o nada, somos pendulares,.. o no llegamos o nos pasamos. Magnífico relato!

    Le gusta a 1 persona

      mireugen respondido:
      19 May, 2017 en 6:53 pm

      Muchas gracias, «El baile…» Es muy difícil encontrar un punto medio, lleva trabajo. Un beso

      Me gusta

Replica a anabelmis Cancelar la respuesta