Un frío de novela…

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Siempre me pregunté qué sería tener un frío de novela…

Tal vez un frío romántico como el de alguien que está esperando al amor una noche de invierno sobre un puente, como esas imágenes parisinas o de otros lugares de Europa, con un río que pasa por debajo con la corriente inquieta, fluyendo hacia el mar. Y nos impulsa a arrojar pétalos de rosa…

O sería un frío terrorífico de esos que te asaltan a la mañana cuando te levantás en una casa de campo y no tenés pantuflas o una alfombrita y pisás el suelo, así, sin anestesia y pensás, si Freddy Krueger hubiera sentido este frío habría sabido en carne propia lo que es el terror.

Tal vez sea un frío hilarante, como de comedia, con saltitos sobre un pie y otro, alternados, y la sensación de que ¡no puede ser que haga tanto frío que tengo que apretar las piernas para no hacerme pis encima! Y muerta de risa llego patinando al baño.

O podría ser un frío de ciencia ficción, como el que se debe sentir en el espacio, navegando a años luz de las estrellas, flotando sin rumbo y sin norte, como la cabeza de un cometa que no tomó velocidad pero se despeina con el viento del viaje.

Pero de todas las posibilidades creo que me quedo con un frío épico. El frío de una cruzada a unas tierras heladas luchando por recuperar a punta de paraguas y bufanda un cachito de ese calor que el otoño comenzó a robarse junto a las hojas verdes y que el invierno cómplice quiere retener por la fuerza del viento y la lluvia. Un frío pasajero, sin dudas, con introducción, nudo y desenlace, que como una novela esperada tiene el final feliz de una primavera con tu amor.

5 comentarios sobre “Un frío de novela…

    El Baile de Norte escribió:
    22 julio, 2016 en 6:25 pm

    …y ese frío que destila los sutiles aromas que hacen aflorar las vivencias que atesoras en tu interior sin siquiera ser consciente de ello; el olor dulce y casi etílico de las uvas maduras, la humedad que ayuda a descomponer las primeras hojas o los colores amarillentos y rojizos que empiezan a teñir la vegetación.

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    María escribió:
    25 julio, 2016 en 8:16 am

    Muy bonito, me has dejado helada, jijiji.
    Un besillo.

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    Mamen Piriz García escribió:
    25 julio, 2016 en 10:24 am

    Cuando el frío te encauta, mejor ponte a resguardo en una bueno hoguera. Un abrazo

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