Saludos desde el cohete

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El hombre del cohete saludó a través de la ventanuca de su nave. Miles de personas lo estaban viendo desde sus casas, en televisión, preguntándose para qué otro viaje. Los compañeros astronautas también salían en la cámara, pero no se entusiasmaban con la difusión del despegue, las causas habían resultado desalentadoras.

Habían sido convocados para una misión desagradable. La nave Voyager, de regreso a la Tierra había encallado en un basurero espacial, a poco de la órbita del planeta. Nadie esperaba que la nave estuviera de vuelta en tan corto tiempo. Es más, ni siquiera esperaban que volviera. Su misión era surcar el espacio, transponer los límites y llevar su mensaje de vida a otros mundos posibles.

Por eso, la vuelta había sido poco festejada. Los científicos y técnicos sentían que habían fracasado. Los nuevos técnicos y científicos que no habían participado en el envío de la nave, alguna vez habían soñado con ser partícipes de la misión. Había sido un hito en la historia de la navegación aeroespacial.

El viaje había sido monitoreado en forma permanente, hasta que cruzó una línea imaginaria y perdieron señal. Luego habían recibido unas intermitencias para finalmente volver a desaparecer. La reaparición, después de tantos años, había sido confundida primero con un cometa desconocido hasta el momento. Astrónomos de distintos países se disputaban el descubrimiento, por lo que resultó difícil darle un nombre. Hasta llegaron a organizar un concurso por Internet para bautizar al bólido de cabellera.

Pero cuando ya estaba decidido eso, cuando el cuerpo volador se llamaba “Lobo rojo” en alusión a su cabellera encendida; cuando ya los amantes de las tragedias habían abierto páginas imaginando el fin del mundo; cuando los niños inventaron canciones en las que no faltaban aullidos; el miserable objeto había sido descubierto falto de su manto y se puso en duda su naturaleza.

Los más grandes observatorios redoblaron las guardias de observación para detectarlo. Los programas de computadora hervían con fórmulas e hipótesis a contrastar. ¿Meteorito?

Hasta que un buen día se hizo la luz. Fue un novato. Un alguien que venía de haberse embriagado la noche anterior quien vio en esa tenue luz una posible explicación. Y la explicación, inmediatamente refutada como cualquier teoría nueva, tardó unas semanas más en valorarse.

Ahora estaban allí, partiendo para encontrarse con ese monstruo. Con ese ícono de los deseos inconclusos.  Y los periodistas habían sido instruidos para no disparar hipótesis. A los ojos de “todo el mundo”  la nave había vuelto por una falla en su sistema de navegación, que le impidió continuar con el rumbo prefijado.

Pero ese mismo que había dicho no es un cometa, el que la noche anterior se había dedicado a beber las últimas gotas de un licor añejo que guardaba en su casa, ese que saludaba a través de la ventanuca del cohete, tenía la cabeza llena de otras ideas.

Faltaban horas, menos de tres, para que se produjera el contacto. Y en solo esas horas, debería tomar una decisión.  Algo que sobrepasaba extensamente cualquier decisión que le hubiera tocado tomar y que implicara a otros. Debía decidir si daría a conocer a la Humanidad, que sí había vida más allá de la línea imaginaria que dividía nuestro tiempo de ese otro tiempo.

12 comentarios sobre “Saludos desde el cohete

    Ana Lía Rodríguez escribió:
    19 abril, 2015 en 5:32 pm

    Muy bueno Mirna 🙂 Ya te había dejado un comentario pero creo que no sé como funciona bien wordpress. Bueno, me encantó. Ese viaje, sin duda, cambiaría a cualquiera. Esos viajes son temporales además de espaciales 😉 Abrazo

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      mireugen respondido:
      19 abril, 2015 en 10:15 pm

      Gracias!!! Así lo creo, un viaje y la posibilidad de una realidad distinta. Muchas gracias por tu comentario.
      Besos

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    Edgar Yera escribió:
    20 abril, 2015 en 8:39 am

    Un relato fascinante, excelentemente narrado, un desenlace genial. Maravillosa lectura.
    Me ha encantado el simbolismo del lobo rojo, la espera de la humanidad del fin del mundo y la última decisión del protagonista de regreso a la Tierra.
    ¡Un abrazo compañera!

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      mireugen respondido:
      20 abril, 2015 en 10:46 am

      Gracias, Edgar. Me dejas sin palabras, solo mi enorme gratitud.

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    Ricardo escribió:
    21 abril, 2015 en 1:08 pm

    Muy bueno. Una narración impecable. Una historia que retrata las expectativas de los seres humanos, los deseos, la imaginación en ausencia de noticias, etc. Y la dura tarea de decidir algo que cambiaría el mundo para siempre, expresada en ese gran final, impactante y asfixiante al mismo tiempo.
    Genial relato, Mirna.
    Un saludo.

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      mireugen respondido:
      21 abril, 2015 en 3:30 pm

      Muchas gracias, Ricardo. Me alegra mucho tu comentario.
      Saludos,
      Mirna

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    Federico Rivolta escribió:
    23 abril, 2015 en 4:04 am

    Muy buen cuento, Mirna. Excelente narración. El final es poético.
    Un saludo.

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      mireugen respondido:
      23 abril, 2015 en 12:15 pm

      Gracias, Federico! Me alegra que te haya gustado.
      Un saludo.

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    María escribió:
    24 abril, 2015 en 5:21 pm

    Me ha encantado.El final sobre todo, y ese protagonista totalmente entusiasmado por la nueva aventura. Un abrazo.

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      mireugen respondido:
      24 abril, 2015 en 6:01 pm

      Muchas gracias! Me alegra que te haya gustado.
      Saludos,
      Mirna

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    Gonzalo escribió:
    29 abril, 2015 en 3:10 am

    muy buen relato, entretenido, excelente el mensaje. hay talento
    saludos desde el » otro lado del rio»

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      mireugen respondido:
      29 abril, 2015 en 3:14 am

      Muchas gracias Gonzalo. Me alegra que lo hayas disfrutado. Cariños

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